En una oportunidad, le preguntaron a Nádia Batella Gotib, una de las mejores biógrafas de Clarice Lispector, si le había costado mucho trabajo armar el rompecabezas de esa vida tan extremadamente compleja. Ella respondió: "Mentía mucho con respecto de su vida, Tuve que cuestionar todos los datos que Clarice había dado, porque ella intentaba borrar todas sus huellas" ¿Qué la llevaba a borrar sus pasos? ¿cuál era el Rosebaud que ocultaba esta mujer que concurría a congresos de brujas en Colombia, que fue retratada por Giorgio de Chirico, que nació un 10 de diciembre en Ucrania y al poco tiempo fue llevada a Brasil, dónde murió de cáncer en 1977, a los 56 años, el 9 del mismo mes de su nacimiento?
Como Delmira Agustini y nuestras compatriotas Alejandra Pizarnik y Alfonsina Storni, Clarice Lispector tuvo una vida interior trágica, que se advierte no sólo en sus obras de ficción y sus poesías,sino también en sus notas de prensa. La brasilera escribía, como Sylvia Plath, con las vísceras mismas. Su sensibilidad, su arte poética, exige a los lectores que se metan de cabeza en las profundidades de los conceptos. La trama, en ella, muchas veces es lo de menos. Fue por eso que alguien, en cierta oportunidad, cometió la gaffe de decir que Clarice Lispector era una escritora en busca de un argumento. Para leerla hay que entender ciertos códigos que no pueden separarse de su manera de ver el mundo. O mejor dicho, de escribir el mundo. En una oportunidad reflexionó:. "(...) Dije una vez que escribir es una maldición. No me acuerdo exactamente por qué lo dije, y con sinceridad. Hoy repito: es una maldición, pero una maldición que salva. No me estoy refiriendo a escribir para los diarios. Sino a escribir aquello que eventualmente se puede transformar en un cuento o en una novela. Es una maldición porque obliga y arrastra como un vicio penoso del cual es casi imposible librarse, pues nada lo sustituye. Y es una salvación".
Ahora, una vez más y en el estilo del Bloomsday de James Joyce, Buenos Aires se suma al homenaje que, con entrada libre y gratuita, se le realizará el sábado a Clarice en varios países. En esta oportunidad bajo la frase de la propia Lispector, "Pan y amor entre desconocidos", se llevará a cabo una jornada de actividades culturales y artísticas a partir de las 17.30 y hasta las 21 en el Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional (Las Heras 2555). Como en las anteriores ocasiones, habrá lecturas, narradores, música, teatro, instalaciones, performances, talleres de artes plásticas. Y como es natural, se venderán libros de Clarice Lispector, una escritora que siempre está diciendo cosas nuevas con su obra múltiple y fascinante.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)