Otra de las sorpresas dadas por el argentino fue que al encontrarse con el lujoso auto papal, le preguntó a su chofer estupefacto: "¿No podemos ir en algo más sencillo?". Y enseguida lo abrazó para tranquilizarlo. Cuando el trabajador le mostró una modesta camioneta, Francisco I dijo: "Esa me gusta más". Se subieron y se encaminaron a la basílica romana. El día anterior, cuando los cardenales abandonaron la Capilla Sixtina tras su elección y se encaminaron a los minibuses, al nuevo Papa le señalaron un coche, pero se negó a usarlo y prefirió ir con los purpurados. Incluso les hizo un chiste bien argentino: "Qué Dios los perdone por lo que han hecho", les dijo en referencia a la elección. Para los que siguen todo al detalle, no pasó desapercibido que al salir al balcón, luego del Habemus Papam, Francisco no llevaba la cruz de oro en el pecho, ni la capa, ni los famosos zapatos rojos.
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15 marzo 2013
Sorprende al mundo la humildad del Papa Francisco
Otra de las sorpresas dadas por el argentino fue que al encontrarse con el lujoso auto papal, le preguntó a su chofer estupefacto: "¿No podemos ir en algo más sencillo?". Y enseguida lo abrazó para tranquilizarlo. Cuando el trabajador le mostró una modesta camioneta, Francisco I dijo: "Esa me gusta más". Se subieron y se encaminaron a la basílica romana. El día anterior, cuando los cardenales abandonaron la Capilla Sixtina tras su elección y se encaminaron a los minibuses, al nuevo Papa le señalaron un coche, pero se negó a usarlo y prefirió ir con los purpurados. Incluso les hizo un chiste bien argentino: "Qué Dios los perdone por lo que han hecho", les dijo en referencia a la elección. Para los que siguen todo al detalle, no pasó desapercibido que al salir al balcón, luego del Habemus Papam, Francisco no llevaba la cruz de oro en el pecho, ni la capa, ni los famosos zapatos rojos.