Lady Gaga volvió a hacer gala de sus excentricidades al encargar a una conocida joyería de Nueva York, una exclusiva silla de ruedas bañada en oro para recuperarse de la operación de cadera a la que se sometió en febrero pasado. La cantante le pidió a Ken Borochov, de la joyería Mordekai, una silla bañada en oro de 24 k, con asiento cubierto en piel negra y una llamativa sombrilla, que además se reclina 180 grados, para que la diva pueda descansar. "No esperaba esa llamada y nunca me habían encargado una silla de ruedas, pero siempre estoy dispuesto a los nuevos retos y me encantó poder fabricar una silla que he llamado ´chariot’ y que es digna de una reina", dijo el joyero al New York Post. Borochov, que tiene otros clientes célebres como Kanye West, Cher Lloyd y Nicki Minaj, hizo el trabajo en una semana y se inspiró en el trono de una reina y la chaqueta de un motociclista.