Por Humberto Acciarressi
El filósofo posmoderno Jacobo Winograd popularizó una frase que ya está instalada en el léxico cotidiano de los argentinos: billetera mata galán. Y en determinados niveles, o entre ciertas mujeres, es una verdad más verificable que la supuesta atracción entre Cockie Ramírez y Marcelo Tinelli. Ahora, con brillo académico y respaldo científico, Jacobo podría aspirar a cobrar una parte de las regalías que van a las cuentas de los integrantes de un grupo de dos universidades yanquis ¿Qué comprobaron los sujetos de marras? Pues que los autos caros atraen a las mujeres, más alla de si el que lo maneja es el Jorobado de Notre Dame o tiene el aliento de un dromedario.
Los investigadores sostienen que cuanto más llamativo y brillante, más atractivo le resulta a las mujeres en busca de conquistas fáciles. Quienes los manejan suelen creerse adonis irresistibles, émulos del agente 007 u oscuros objetos del deseo. Nada más lejos de la realidad. En un auto más barato o sin él, no le darían más bola que a un linyera. En cambio, las mujeres que buscan pareja estable o un hombre con todas las letras, se sienten más atraídas por aquellos que tienen autos más baratos y cotidianos. Y allí sí importan otros condimentos del conductor, sean cuáles sean.
El que maneja un auto caro, como en American Pshyco, es un gil que a duras penas puede aspirar a ser un apéndice del vehículo. Los investigadores, con gran tino, han titulado su estudio como "La metáfora del pavo real" y está relacionado con las plumas de este animal cuando intenta atraer a una hembra con recursos ajenos a su personalidad (aunque el bicho lo haga naturalmente). En realidad, la conclusión a la que llegan estos investigadores por vía científica es algo que todos -o casi- saben por sabia intuición. La frase "mirá la mina que tiene el dueño de ese auto", en realidad debería ser reformulada por "mirá la mina que tiene ese auto, con un conductor adosado". Bah, como dijo el filósofo criollo, "billetera mata galán".
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
El filósofo posmoderno Jacobo Winograd popularizó una frase que ya está instalada en el léxico cotidiano de los argentinos: billetera mata galán. Y en determinados niveles, o entre ciertas mujeres, es una verdad más verificable que la supuesta atracción entre Cockie Ramírez y Marcelo Tinelli. Ahora, con brillo académico y respaldo científico, Jacobo podría aspirar a cobrar una parte de las regalías que van a las cuentas de los integrantes de un grupo de dos universidades yanquis ¿Qué comprobaron los sujetos de marras? Pues que los autos caros atraen a las mujeres, más alla de si el que lo maneja es el Jorobado de Notre Dame o tiene el aliento de un dromedario.
Los investigadores sostienen que cuanto más llamativo y brillante, más atractivo le resulta a las mujeres en busca de conquistas fáciles. Quienes los manejan suelen creerse adonis irresistibles, émulos del agente 007 u oscuros objetos del deseo. Nada más lejos de la realidad. En un auto más barato o sin él, no le darían más bola que a un linyera. En cambio, las mujeres que buscan pareja estable o un hombre con todas las letras, se sienten más atraídas por aquellos que tienen autos más baratos y cotidianos. Y allí sí importan otros condimentos del conductor, sean cuáles sean.
El que maneja un auto caro, como en American Pshyco, es un gil que a duras penas puede aspirar a ser un apéndice del vehículo. Los investigadores, con gran tino, han titulado su estudio como "La metáfora del pavo real" y está relacionado con las plumas de este animal cuando intenta atraer a una hembra con recursos ajenos a su personalidad (aunque el bicho lo haga naturalmente). En realidad, la conclusión a la que llegan estos investigadores por vía científica es algo que todos -o casi- saben por sabia intuición. La frase "mirá la mina que tiene el dueño de ese auto", en realidad debería ser reformulada por "mirá la mina que tiene ese auto, con un conductor adosado". Bah, como dijo el filósofo criollo, "billetera mata galán".
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)