28 enero 2012

¿Condecoración británica? No, gracias

Por Humberto Acciarressi

Que alguien rechace una condecoración británica suele ser noticia. Más cuando quienes lo hacen le dan prensa al asunto. Uno de los más originales, sin duda, fue John Lennon. El beatle devolvió su nombramiento como Miembro de la Orden del Imperio Británico con una nota dirigida a la propia reina. En ella se leía: "Su Majestad, le devuelvo esto en protesta contra la participación de Gran Bretaña en el asunto de Nigeria-Biafra, en contra de nuestro apoyo a Estados Unidos en Vietnam y contra la caída de Cold Turkey en el ranking". Como sabés, Cold Turkey es el titulo de una canción publicada en disco sencillo por Lennon, antes de la ruptura de los Beatles.

En 2007, Joseph Corre, fundador de la marca de lencería Agent Provocateur, manifestó su negativa a recibir un título y acusó a Tony Blair de ser "moralmente corrupto". Por su lado, el notable escritor J.G.Ballard -autor de libros memorables como "Crash", "El mundo sumergido", "La isla de cemento" o "El imperio del sol"- rechazó un título noble por considerarlo "una farsa ridícula". Distinto el caso de Roger Casement, oficial colonial en el Congo y acusado de traidor en la Primera Guerra por ser partidario de la Independencia de Irlanda. Se lo ejecutó luego de haberle quitado el título de Caballero. Se trata del protagonista de "El sueño del celta", última novela de Mario Vargas Llosa.

Pero ahora fue publicada la lista de quienes rechazaron algún título honorífico en el anonimato y entre los años 1951 y 1999. La nómina contiene 277 personas. Entre ellos Lucien Freud, Aldous Huxley, Francis Bacon y Henry Moore. El artista plástico Laurence Stephen Lowry -todo un récord- rechazó los honores en cinco oportunidades, tres de ellas a ser Oficial de la Orden del Imperio Británico en 1955, a ser Comandante en 1961 y al de Caballero en 1968. Otros que desairaron a la Reina fueron Roald Dahl (autor, entre otros libros, de "Charlie y la fábrica de chocolates") y C.S.Lewis. Y Alfred Hitchcock también rehusó recibir un título de honor, pero un par de meses antes de morir aceptó la orden de Caballero. Lástima.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)