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30 marzo 2017

Héroe de la clase trabajadora


"Desde que naces hacen que te sientas pequeño. Porque no te dan tiempo, en vez de dártelo todo. Hasta que el dolor es tan grande que ya no sientes nada"

John Lennon

09 diciembre 2015

Hace 35 años, apenas un día en la vida, mataban a Lennon


Por Humberto Acciarressi

La fe poética; la suspensión de la incredulidad de la que hablaba Coleridge; aquellas mujeres que allá por el 1300 se cruzaban de vereda en la ciudad de Ravena para esquivar a Dante, el hombre que había bajado y vuelto del Infierno; son algunas de esas cosas que permitieron afirmar -y yo personalmente aún lo creo- que el Cid Campeador ganaba batallas después de muerto. El "Cada día canta mejor" que se afirma en toda oportunidad en la que se escucha un tango interpretado por Gardel, es el equivalente a las andanzas de Rodrigo Díaz de Vivar, aquel caballero castellano de la pieza anónima. Y más acá en el tiempo está John Lennon, de cuya muerte se cumplen este martes 35 años. Se ha dicho tanto sobre el músico -yo ni siquiera recuerdo lo escrito por mí-, que aquella jornada del 8 de diciembre de 1980 debe considerarse una bisagra cultural en varios sentidos.

Los cinco disparos que impactaron en el cuerpo del entonces ex beatle disparados por Mark Chapman, ese psicópata lector de "El guardián en el centeno" de J.D.Salinger, fueron un mazazo como pocos en lo que se refiere al crimen de un personaje de fama mundial, en cualquier ámbito en el que se desempeñe. Apenas veinte minutos después del acto criminal en la puerta del edificio Dakota, en dónde vivía, los diarios del mundo entero (entonces no existía internet) se limitaron a un contundente "Mataron a Lennon". Una vez escribí que si Chapman buscaba conmover, tuvo más éxito que Lee Harvey Oswald o quienes hayan asesinado a Kennedy. Un presidente es siempre un blanco más lógico que un músico de rock, más si ese artista había sido un Beatle, terminaba de grabar su último disco -"Doble fantasía"- y había dado, en los días previos, un reportaje -el mejor que le hicieron en toda su vida, el de Playboy- en el que desmenuzaba cada uno de los temas de su carrera.

Aquella lejana jornada fue, con toda seguridad, el hecho cultural y colectivo más impactante que le sucedió a tres o cuatro generaciones de personas de todas las latitudes. De su genio musical, de esa voz conmovedoramente quebrada, ligeramente grave, de sus campañas contra la guerra y la explotación de la mujer, ya es casi imposible añadir algo. De cualquier forma, el "casi" mantiene abierta una eternidad de posibilidades. El supuesto River-Boca entre Lennon y McCartney fue casi tan ridículo como el de los Beatles y los Stones (los integrantes de ambas bandas se emborrachaban juntos y se admiraban mutuamente). La definitiva imposibilidad de un retorno de los Beatles, sellada con los balazos en la puerta del edificio Dakota de Nueva York. El papel que tuvo cada uno de los integrantes del grupo antes y después de la separación en 1970. La posterior muerte de George por un cáncer cerebral. Las antologías, las películas y los temas inéditos. Todo eso y mucho más se fundió como en el tema "Un día en la vida" y con un sonido orquestal dodecafónico en aquel trágico, triste, 8 de diciembre de 1980, hace 35 años.

(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)

12 octubre 2015

No sólo John Lennon rechazó una condecoración británica


Por Humberto Acciarressi

Se ha escrito mucho sobre John Lennon. Yo mismo lo hice demasiadas veces desde que empecé a garabatear papeles. Y en realidad no está mal que así sea. Si alguien merece homenajes y recuerdos póstumos es el beatle, que ya era un "ex" cuando fue asesinado en las puertas del edificio Dakota de Nueva York por los cinco balazos del enajenado Mark Chapman, ese mal lector de "El guardián en el centeno" de J.D.Salinger. Todavía guardo el cable de AP, de papel sedoso y con tachaduras varias (por ejemplo las típicas de los "picadores", o sea el cambiazo del "ayer" por el "hoy"), con el "Mataron a John Lennon" de título. He tirado o regalado cosas por las que otros pagarían buena plata, pero ese recuerdo de las viejas cableras lo tengo como si fuera algo de oro, metal que odio con entusiasmo.

Ahora se cumplió un nuevo aniversario de su natalicio y, entre tantos homenajes, se destacó el intento de su viuda Yoko Ono de entrar en el Guinness con un símbolo de la paz hecho con personas. No superó las cinco mil, que era el antecedente a derrotar, pero fue igualmente magnífico. Personalmente pensé en una historieta -no recuerdo cual- en la que se hablaba del desaire de John a la reina de Inglaterra. Se refería a cuando el músico devolvió su nombramiento como Miembro de la Orden del Imperio Británico con una nota que decía: "Su Majestad, le devuelvo esto en protesta contra la participación de Gran Bretaña en el asunto de Nigeria-Biafra, en contra de nuestro apoyo a Estados Unidos en Vietnam y contra la caída de Cold Turkey en el ranking". Como sabés, Cold Turkey es el título de una canción editada en disco sencillo por Lennon, antes de la separación de los Beatles.

Y como una cosa trae a la otra, del músico salté a otros que rechazaron a la monarca inglesa. Por ejemplo Joseph Corre, fundador de la marca de lencería Agent Provocateur, que en el 2007 manifestó su negativa a recibir un título y acusó a Tony Blair de ser "moralmente corrupto". O J.G.Ballard, autor de libros memorables como "Crash", "El mundo sumergido", "La isla de cemento" o "El imperio del sol", quien rechazó un título noble por considerarlo "una farsa ridícula". Alguna vez escribí sobre quienes eludieron ese tipo de "homenajes reales" entre 1951 y 1999. En rigor era una nómina de 277 personas, entre las que estaban Lucien Freud, Aldous Huxley, Francis Bacon y Henry Moore. Entre esos personajes se lleva un récord el artista plástico Laurence Stephen Lowry, aquel que se negó a recibir un honor en cinco oportunidades: tres veces a ser Oficial de la Orden del Imperio Británico, una a ser Comandante y la última a ser nombrado Caballero en 1968.

Hubo otros que desairaron a la reina. Entre ellos Roald Dahl (autor, entre otros libros, de "Charlie y la fábrica de chocolates") y C.S.Lewis. El genial Alfred Hitchcock rehusó recibir un título de honor, pero un par de meses antes de morir aceptó la orden de Caballero. Una lástima. Y ya que estamos en tema recordemos a quien estuvo en las antípodas de los mencionados: Roger Casement. Fue oficial en el Congo (donde criticó ferozmente torturas y vejaciones a los nativos, mientras entablaba amistad con Joseph Conrad), luego acusado de traidor por ser activo partidario de la independencia de Irlanda y ejecutado después de haber sido privado de su título de Caballero. Como sabés, se trata del protagonista de "El sueño del celta", la novela de Mario Vargas Llosa.

(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)

08 octubre 2015

Yoko Ono no pudo romper el récord, pero homenajeó a John


Como señalamos en una entrada anterior, si John Lennon no hubiera sido asesinado el 8 de diciembre de 1980, este 9 de octubre cumpliría 75 años. Y como también adelantamos, para festejarlo, Yoko Ono intentó crear el símbolo de la paz más grande hecho con personas, para entrar así en el Libro de Records Guinness. El hecho se registró finalmente en el Central Park de Nueva York. Sin embargo, según un representante de los récords, la viuda del beatle no logró romper el vigente de más de 5,000 personas: Yoko sólo logró juntar a 2.000. De todas maneras la pasaron muy bien y homenajearon de una forma bien característica al músico emblema del pacifismo.

19 septiembre 2015

Yoko Ono, mucho más que una viuda rica


Por Humberto Acciarressi

Fue una de las mujeres más odiadas del mundo y todavía no le cae bien a muchos, para quienes es la viuda rica de John Lennon. Falacias. Cuando en 1969 grabó con su flamante marido (se habían casado en Gibraltar) uno de los temas emblemáticos de aquellos años, "Give peace a change", esa japonesa que acompañaba en silencio a Lennon, con un perfil tan bajo que su presencia en los documentales de la época resultaba un poco incómoda, era una artista experimental de vasta trayectoria. Ya había estado en el grupo vanguardista “Fluxo” (que tenía por objeto fundir el arte en la realidad; hacerlo meter los pies en el barro de lo cotidiano) y ahora desarrollaba la "no-composición", que era la música imaginaria para ser degustada por gente que "la escuchaba" con su pensamiento. Era la gran exponente del arte conceptual. Eso sin contar sus influencias sobre el punk.

Pero Yoko Ono es, además, la autora de un libro con textos y dibujos suyos, hoy poco recordado. Se trata de “Grapefruit” (Pomelo), cuya primera edición limitada de 500 ejemplares en Tokio (1964) por Munternaum Press tiene textos brillantes; de una profundidad oriental en envase para espïritus occidentales. En 1970 se hizo la segunda edición ampliada con otros poemas y más dibujos, y el añadido del prólogo más conciso y cariñoso que yo recuerde: “¡Hola! Me llamo John Lennon. Quiero presentarles a Yoko Ono”. Hay que decir también que ella cambió más a los Beatles que los de Liverpool a ella. Eso puede verse en sus múltiples películas (unas veinte, entre ellas "Fly") y varios discos, aún más remotos que los que grabó con John, como “Two Virgins”, “Life with the Lions”, “Wedding álbum”, “Live Peace in Toronto” (de 1969 con Lennon, Eric Clapton, Klaus Voormann y Alan White, futuro batero de Yes) y naturalmente “Plastic Ono Band”.

Mientras en Estados Unidos era publicada la edición de 1970 de "Pomelo", en septiembre de ese mismo año Ediciones de la Flor, gracias a Daniel Divinsky, hacía lo propio en la Argentina. Un lujo de aquellos años argentinos y que ahora tengo la suerte de haber encontrado en mi biblioteca. La tapa de aquella edición local estaba realizada por Oscar Smöje y la traducción de la obra de Yoko fue de Susana "Piri" Lugones. La nieta de don Leopoldo había sido una de las parejas de Rodolfo Walsh en los 60 y posteriormente corrió la misma suerte que él, al ser secuestrada durante la última dictadura militar. Pero eso es otra historia. Después de la muerte de John, Ono fue destrozada por la crítica en cada ocasión en la que presentó algo nuevo. Ahora está preparando hacer un Signo de la Paz gigante, formado por personas, para meterlo en el Libro Guiness. Eso para celebrar, en los primeros días de octubre, lo que sería el 75 cumpleaños de Lennon.

(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)



15 septiembre 2015

Yoko Ono y un regalo póstumo a Lennon por su cumpleaños


De no haber mediado el crimen cometido por Mark Chapman en diciembre de 1980, John Lennon cumpliría 75 años el 9 de octubre. Por ese motivo, su viuda Yoko Ono, quiere hacerle un homenaje en su memoria. A tal efecto espera reunir entre 6 mil y 10 mil personas en el Central Park de Nueva York tres días antes del aniversario, el 6 de octubre, para formar el “signo de la paz humano” más grande de la historia. La artista junta donaciones para el John Lennon Educational Tour Bus, una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo que jóvenes músicos tengan lugar donde grabar sus canciones. Ya hay muchos registrados en el sitio Eventbrite, que detalla: “Este es un evento gratuito para todas las edades. La inscripción no garantiza la entrada. La entrada está disponible para los primeros 10.000 solicitantes que se registren. Por favor, llegad a las 10:00 am para asegurar vuestro lugar en el más grande signo de la paz humano. El lugar de registro y colocación en el signo de la paz se cerrarán puntualmente a las 12:00. La fotografía aérea que capturará este histórico evento se llevará a cabo a las 12:30”. Por su lado, Yoko twitteó: “No tienen que hacer mucho. El poder funciona en formas misteriosas. Visualicen el efecto dominó. Y empiecen a pensar en PAZ”.

15 marzo 2015

Un día en la vida


Por Humberto Acciarressi

Todo aquel que escribe una columna diaria sabe que elegir tema no siempre es fácil. La cosa se simplifica cuando hay que reseñar un libro, un disco o referirse a una cuestión específica, de cualquier orden que sea. Existen momentos en los que el mundo parece paralizarse como en aquella antigua película de ciencia ficción, y las noticias son más de lo mismo. Alguna vez, con impecable prosa y maestría impar, nuestro Roberto Arlt señaló esto con mejores palabras. Pero hay oportunidades en las que los acontecimientos lo desbordan a uno, y se siente la ingrata sensación de que casi nada puede dejarse de lado, dado que -como diría un Terencio postmoderno- nada de lo humano resulta ajeno.

Se sabe que John Lennon se inspiró, para escribir el tema beatle "Un día en la vida", del disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, en el accidente que le costó la vida a su amigo Tara Browne, de 21 años y heredero de la fortuna Guinness, pero también en la lectura de un artículo en el Daily Mail de enero de 1967 que aludía al número considerable de baches en Blackburn, un pueblo de Lancashire. Esos dos versos y los restantes fueron tomados de las noticias de la jornada, pasados, naturalmente, por su arte poética. La revista Rolling Stone la calificó como una de las mejores composiciones de todos los tiempos. Si a Lennon no lo hubieran asesinado en diciembre de 1980 y se encontrara en la Argentina de hoy, tendría para hacer una segunda versión de su tema célebre.

Por ejemplo, se encontraría con la noticia que el kirchnerismo -que en su momento alentó a las denominadas Hinchadas Unidas Argentinas- acaba de frenar un proyecto de su candidato Scioli para luchar contra la violencia en el fútbol. O que Leo Fariña, el valijero K, volvió a cambiar sus declaraciones para favorecer al sospechado Lázaro Báez. Y mientras, como salido de una comedia, en la televisión pública, el responsable del ciclo Filmoteca, Fernando Martín Peña, apareció desnudo frente a cámaras para homenajear al lamentablemente poco recordado director Roger Vadim. 

Y en medio de esto nos enteramos que Gerardo Sofovich, quien hizo mucho por menoscabar a la mujer en nuestra televisión, había planeado matar a su esposa y suicidarse. O que el INADI cuestiona que el 60 por ciento de los textos escolares eviten mencionar la pobreza, y nada dice del gobierno nacional que sugiere que en la Argentina no hay pobres y que vivimos en el país de las maravillas. Pero estas son apenas unas pocas cuestiones que ameritan unas líneas. Hay días en los que el mundo se le viene encima a uno.

(Columna publicada en el diario La Razón, de Buenos Aires)

15 octubre 2014

El juez Griesa y la verdad del proceso Lennon vs Levy

JOHN LENNON, DE PELO CORTO, LE EXPLICA
AL JUEZ GRIESA DETALLES DE GRABACION.
Por Humberto Acciarressi

A mediados de los 70, John Lennon no sabía bien hacia dónde se encaminaba su vida. Venía de vivir su romance con la diseñadora de joyas y escritora May Pang, en lo que él mismo llamó "el fin de semana perdido" (curiosamente, se había separado de Yoko, y ella misma le había sugerido su nueva pareja). De hecho, Pang -que luego escribiría un libro con las andanzas de ambos- aparece como productora y "madre superiora" en los créditos de "Walls and Bridges". Lennon, además, llegaba de tremendos excesos de alcohol y drogas, de peleas en bares, además de su ruptura con Phil Spector, quien a los tiros -literalmente- se escapó con todas las cintas grabadas por su amigo. En medio de ese caos, vaya a saber cómo, John se las ingenió para estar más prolífico que nunca. Se juntaba con sus ex compañeros Ringo, George e incluso Paul, y extremó sus relaciones musicales con David Bowie y Elton John. Un día, como ya estaría planeado, el músico volvió con Yoko.

Fue por ese tiempo que John había demandado a Morris Levy, una especie de "busca" discográfico que había editado un disco de Lennon sin su autorización, y con quien ya tenía viejos problemas. En realidad, a fines de los 60, John había querido hacerle un homenaje a Chuck Berry y para eso utilizó un verso de una de sus canciones, "You Can´t Catch Me", para "Come Togheter", grabada en "Abbey Road" de los Beatles. Levy, que compraba canciones a granel y esquilmaba a los autores con las regalías, le inició juicio a Lennon pero lo abandonó con una condición: que en un vinilo John grabara tres temas de su propiedad. El ex Beatle, que estaba pensando hacer un disco de "oldies", le dijo que aceptaba. En el medio sucedieron las cosas que ya contamos, entre ellas la huída de Spector con las grabaciones. Amenaza va, amenaza viene, Levy -insistimos, vinculado a la mafia de New York e investigado por el FBI por su contacto con la "Familia Genovese" - no pudo conseguir el permiso de Capitol y de Apple Records para utilizar el nombre, la imagen y los temas de John.

Eso no frenó al vivillo de Levy, quien con el material que tenía del ex Beatle hizo un LP, le puso otro de sus selllos, Adam VIII, y lo sacó en enero de 1975 con el nombre de "Roots, John Lennon sings the great rock and roll hits", del que vendió por correo 1.270 copias de las 3.000 que alcanzó a hacer. El resto fue retirado de la venta. Obviamente la cuestión terminó en los tribunales. Lo más llamativo era que Levy estaba convencido de que iba a ganar, e incluso pidió ser indemnizado por EMI/Capitol y Apple por 42 millones de dólares. El resultado de ese entrevero, por esas cosas del destino, cayó en el juzgado de Thomas Poole Griesa (el mismo que tiene en jaque a la Argentina por el tema de los fondos buitres). Claro que en ese entonces tenía unos 45 años y nada de la fama de la actualidad. De lo que pasó en aquella corte en enero de 1976, además de los fallos, sólo queda una foto de Bob Gruen (fotógrafo y amigo de John, a quien había conocido en Greenwich Village), y unas breves líneas que el mismo artista escribió en un libro.

En palabras de Gruen, John - quien argumentaba que la mala calidad del material utilizado, la foto con pelo largo de los años 60, y otras cuestiones afectaban su reputación - le dio una clase magistral al juez Griesa sobre la diferencia de una cinta "en crudo" y la final, cómo grabar canales, la forma de mezclar, la barbaridad de editar un disco con una mezcla en estado muy alejado de la definitiva. Lennon, que se presentó al juicio con el pelo corto, hasta hizo un chiste cuando el abogado de Levy dijo que estaba así por la ocasión. "Es mentira -dijo-, me lo corto cada 18 meses". Como anécdota digamos que William Schurtman, el letrado del pirata y mafioso discográfico, después de concluir el proceso le pidió a Lennon si le firmaba el álbum "Two Virgins".

El 20 de febrero de 1976, Thomas Griesa emitió su dictamen en 29 páginas. Previamente, para comprender mejor lo dicho por el músico, había escuchado las grabaciones en la casa de un asistente. Por un lado, John fue condenado a pagar 7.000 dólares por "incumplimiento de contrato verbal" y por carecer de legitimidad para negociar derechos de distribución. Sin embargo, Levy tuvo que indemnizar a EMI con 110.000 dólares y al ex-Beatle con 42 mil dólares por "daño de imagen". A consecuencia del juicio, John y Yoko cayeron en cama con un virus gastrointestinal que sortearon con un ayuno de 40 días. En cuanto a la foto, Gruen la sacó a escondidas y Griesa se enteró años más tarde. En lugar de sancionarlo le pidió una copia y, según dicen quienes entran a su estudio, aún la tiene enmarcada y colgada. Para cerrar esta historia: Lennon fue asesinado el 8 de diciembre de 1980; Morris Levy -mientras esperaba ser juzgado en una causa por extorsión- murió de cáncer de hígado el 21 de mayo de 1990; y el juez Thomas Griesa, para desgracia de la Argentina, aún ejerce la profesión.

(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)

EL DISCO QUE SACO EL MAFIOSO
LEVY Y QUE INDIGNO A LENNON
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04 julio 2014

Una rara foto del rock internacional


Charly Watts, Keith Moon, Brian Jones, John Lennon y su hijo Julian, Yoko Ono y Eric Clapton. Tres de ellos muertos trágicamente: Monn, Jones y Lennon.

15 abril 2014

John Lennon por Andy Warhol


Una empleada de la casa de subastas Christie’s mira la obra de Andy Warhol “John Lennon - Red” (1985-86), que saldrá a remate el próximo 12 de mayo en Nueva York.

24 marzo 2014

Creaciones literarias de John Lennon salen a remate


La venta denominada "You Might Well Arsk", con material de John Lennon. será realizada el 4 de junio, informó la casa de subastas Sotheby's. Los artículos fu0eron puestos a la venta por Tom Maschler, quien trabajó con el beatle en los libros "In His Own Write" y "A Spaniard in the Works". Lennon escribió los libros y los ilustró en la década de 1960. Entre los artículos a subastar hay un manuscrito de 1965 llamado "The Singularge Experience of Miss Anne Duffield", en el que Lennon hace una parodia de Sherlock Holmes, por el cual se espera alcanzar un precio de entre 40.000 y 60.000 dólares. Otro objeto es una ilustración de un guitarrista con cuatro ojos, creada por Lennon en 1964 o 1965. Ésta tiene un precio de preventa calculado entre 15.000 y 25.000 dólares.