River Plate, el equipo más ganador del siglo XX argentino (en la actualidad tiene 35 campeonatos locales y varias copas internacionales, entre ellas dos Libertadores y una Intercontinental), sigue con la costumbre de derrotar a Boca, que hace mucho que no logra ganarle al Millo y sus hinchas se limitan a festejar los empates, sean de local o visitante. Sólamente este año perdió o empató todos los partidos (en Mar del Plata, Mendoza, Córdoba, México DF, Bombonera y Monumental) que jugó con su archirival de todos los tiempos. Y una vez más, con un golazo de Pisculichi, River volvió a vencer a Boca en lo que se consideraba internacionalmente como un partido histórico dentro de los superclásicos.
En un Monumental repleto y con el antecedente del empate sin goles en la Bombonera en el partido de ida, el equipo de la banda roja debía cuidar su arco, ya que el gol de visitante valía doble (cosa que no ocurrirá en la final). Boca, caracterizado por arrugar y ser "pechos fríos", tuvieron la "manito" generosa del árbitro, que les regaló un penal a los...¡¡¡ 10 segundos de comenzado el juego!!! Barovero, sin embargo, se lo atajó al sobrevalorado Gigliotti, que seguramente no podrá dormir por lo que le resta de vida. Luego vino el gol de River, un dominio casi absoluto y varias amarillas para el Millo de parte del mismo referí que en anteriores superclásicos (dos para ser más exactos) ya había expulsado al entonces técnico Ramón Díaz
Ahora, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo y actual campeón argentino, deberá jugar la final de la Copa Total Sudamericana con Atlético Nacional de Medellín. En cuanto a Boca, hace rato que no gana nada, con lo cual se pone de manifiesto que la década en la que obtuvo algunos logros de la mano de su entonces presidente Mauricio Macri (obviamente a su dinero), en realidad no fue más que una golondrina, que como sabemos no hace verano. La mishiadura volvió al club que tiene el triste récord entre los clubes llamados grandes, de ser el que estuvo más tiempo en la B (siete años) y haber subido gracias a un decreto. Hasta equipos como Atlanta o Ferro han tenido más dignidad.
Como hasta ahora hemos sido imparciales en nuestros comentarios, vamos a destacar algo. No sería justo desmerecer al club xeneize, un equipo que entretiene a los turistas de todas las latitudes con el colorido de su barrio y su cómico y bizarro estadio. Un club cuyos jugadores más sobresalientes jamás han sido hinchas de sus colores, sino de Estudiantes, Argentinos Juniors, Gimnasia y Esgrima de La Plata, San Lorenzo, Velez, y hasta del propio River. Boca, una vez más, se queda con las manos vacías. Y River festeja más que nunca, mientras sus rivales lloran al ritmo tristón de su ídolo musical, Lady Gago. Ni juntando todos los trapos negros del mundo podrán hacer las banderas con las que suelen adornar sus tribunas cuando les va mal, es decir muy seguido.Incluso debo confesar algo como hincha de River: les tengo lástima.