El 27 de diciembre de 1988, en California, consumido por las drogas, un cáncer que intentó curar con homeopatía y ninguneado por todo Hollywood, murió Hal Ashby, uno de los personajes más curiosos y excéntricos del mundo del cine norteamericano. Pero fundamentalmente uno de los directores más emblemáticos y poco encasillables de su generación, o mejor dicho de la siguiente, ya que comenzó a dirigir tarde - "El casero" es de 1970, cuando ya tenía 41 años-. Películas íconos de la época como "Shampoo" (con Warren Beatty, Julie Christie y una veinteañera Goldie Hawn) o "Coming Home" (conocida entre nosotros como "Regreso sin gloria", con las actuaciones conmovedoras de Jane Fonda, Jon Voight y Bruce Dern, en un abordaje de la guerra de Vietnam y sus secuelas), son apenas algunas de sus obras.
Ashby, que para quienes hacían cine en esos años ya era grande, dirigió en 1979 "Being There" ("Desde el Jardín" en la Argentina), basada en el libro de Jerzy Kosinski, quien más tarde habría de suicidarse poniéndose una bolsa de plástico en su cabeza. En este film impecable, mezcla de drama y comedia, Peter Sellers - a quien acompaña como coprotagonista Shirley MacLaine- interpreta a Chance Gardiner en la que sería una de sus actuaciones más aclamadas y el último film suyo que pudo ver ("El diabólico plan del Dr. Fu Manchu" se estrenó después de su muerte). Con varias películas anteriores y el éxito de "Desde el jardín", Ashby encaró "Lookin´ to Get Out", con Jon Voight y el debut en la pantalla de su hija de siete años, Angelina Jolie.
Entre un trabajo y el otro, Ashby se encerraba en su casa en Malibú a fumar marihuana, escuchar rock y negarse a comer delante de otras personas por una fobia que tenía desde joven. La filmación de la gira de los Rolling Stones por los Estados Unidos en 1981 -que fue filmada íntegramente por Ashby y titulada como la canción, "Let´s Spend yhe Night Together"- le causó un colapso cerebral del que no alcanzó nunca a reponerse. Hasta diciembre de 1988, cuando se produjo su muerte, filmó tres películas más que fueron un fracaso de taquilla, lo que en Hollywood no se perdona fácilmente. Y Ashby ya no tuvo tiempo de remontar la caída. Hoy su cine se ve poco y nada, lo cual es una enorme injusticia. Si estas líneas sirven para que alguien se interese en su arte, habrán cumplido su cometido.