08 agosto 2012

Violadores, feminicidas, al abrigo kirchnerista

WANDA TADDEI, QUEMADA VIVA. AGONIZO 11 DIAS.
Por Humberto Acciarressi

En mayo del año pasado, Guillermo Bargna se definió como "muy satisfecho" cuando la Justicia condenó al violador y asesino de su hija, Soledad (19 años), a prisión perpetua. El criminal, Marcelo Pablo Díaz, mató a la chica cuando él se encontraba en una salida transitoria de la cárcel, donde purgaba una pena por haber violado a una nena de 15 años en el 2002, cuando el kirchnerismo aún no estaba en el poder. Este violador reincidente y brutal asesino (llegó al banquillo acusado de homicidio calificado criminis causae, o sea matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad), es uno de los personajes involucrados en el escándalo de la última semana. Por ejemplo, aparece al lado del director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel (quien se autodefine como "militante ultra K"), a la cabeza de una murga. Sí. El mismo Díaz que asesinó de 26 puñaladas a Soledad...

Nadie pone en tela de juicio la reinserción de los presos. Pero que el director del Servicio Penitenciario Federal encabece una comparsa junto a violadores y asesinos, exime de todo comentario. Igual de grave es la salida de Eduardo Vázquez, el ex baterista de Callejeros, recientemente condenado a 18 años de cárcel por quemar viva a su esposa, Wanda Taddei, quien agonizó once días. El también sale para los llamados "actos culturales", reivindicados por el gobierno nacional.

Fueron estos "actos culturales" los que la propia Presidenta defendió, días atrás, nada menos que en el Salón Eva Perón de la Rosada, mientras insistía en atacar a la prensa no adicta. Se sabe que tanto Díaz, Vázquez y otros autores de crímenes aberrantes, reciben favores a pedido del llamado Vatayón Militante (ligado a La Cámpora). Lo cruel es que estos feminicidas sean defendidos por el Gobierno y su claque de aplaudidores, en el salón de actos que lleva el nombre de Evita, nada menos que quien luchó y otorgó derechos indelegables a las mujeres. Y todo en medio del incremento de la violencia de género, detalle que el gobierno parece haber pasado por alto en esta ocasión.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)