Por Humberto Acciarressi
En los últimos días, se puso sobre el tapete el accionar de La Cámpora, agrupación que reúne a yuppies de los 90 con veleidades setentistas, en las escuelas primarias. Y ahora se le suman los jardines de infantes, de acuerdo a la propia página web de la agrupación K. No sería de extrañar que en breve se llegara a la militancia partidaria en las salas neonatales de los hospitales. Todo esto puede ser materia de discusión, pero lo que no tiene nombre es que el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni -que tuvo altísimos cargos con Ruckauf, Filmus, Telerman y ahora Kirchner- , avale estas actividades en las que se apuntala un pensamiento partidario y único.
Si la historia la escriben los que ganan..., dice la canción. Y la historia, "el relato" en el argot kirchnerista, la escriben la presidente de la Nación y sus subordinados, enemigos de los consensos. Ese "relato" -ficcional más que crónica, en términos literarios o sociológicos- establece el 2003 como punto de partida de la Argentina. Lo anterior, como en "1984" de Orwell, no existe. O es fruto de un invento de la Sinarquía o la IV Internacional, para utilizar términos caros a la historia discursiva del peronismo.
En los últimos tiempos, el kirchnerismo se jacta de haber llevado el presupuesto educativo al 6,47% del PBI en el 2011. Y en sus medios adictos se señala como el más importante en la historia argentina. "Miente que algo queda", le aconsejaba Maquiavelo al príncipe. En el año 1963, la participación de la educación en el PBI era del 12%. El presidente Illia la llevó a 17% en 1964 y a 23% en 1965. Agreguemos que entre 1963 y 1966 se graduaron en la UBA 40.000 alumnos, la cifra más alta en la historia de la casa de estudios. El kirchnerismo está a años luz. Y su única preocupación es adoctrinar a docentes, alumnos primarios y chicos de jardín de infantes, en el arte de adorar al Gran Hermano. Como diría el Agente 86, el viejo truco de pasar propaganda por educación.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)