Vista nocturna del Monumento a la Bandera Nacional Argentina, en Rosario |
La historia se cruza de formas muchas veces lamentables. En 1812, ocho años antes de su muerte en la miseria más absoluta, el abogado, periodista, valiente general revolucionario improvisado y creador de la Bandera argentina, Manuel Belgrano, donaba sus sueldos para la construcción de escuelas en las provincias del Norte y hasta dejaba un reglamento para ellas.
En estos días, mientras varias provincias gobernadas por el kirchnerismo no comienzan sus clases por conflictos salariales y una huelga docente paralizó las escuelas públicas y privadas del país, en Rosario se celebró el Bicentenario de la Creación de la Bandera por Manuel Belgrano. Y Fito Páez, el mismo que criticó a los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires porque le daban "asco" por no votar al kirchnerismo, le cobró a su provincia santafecina y por cantarle a uno de los dos máximos próceres argentinos, la suma de cien mil dólares.
Obviamente, al rosarino no le importan ni los docentes, ni de dónde viene la plata si es del estado, e incluso es incapaz de cantar en "su" Rosario para "sus" conciudadanos en forma gratuita. El típico seudo progresista siglo XXI, en las antípodas del homenajeado Belgrano, muerto hace casi dos siglos. Claro que los muertos no importan, menos si en vida donaban sus sueldos para la construcción de escuelas.
Además de Páez, ese día subieron al escenario Los Tekis, Los Pericos, Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale. Por cantar "Aurora" -que las maestras y maestros en paro cantan todos los días- se dice que Baglietto habría cobrado cien mil pesos. Hay pedidos de informes, pero esto es más serio. Es el imperio de eso que Cortázar decía que pasa cuando las palabras dejan de significar lo que alguna vez significaron.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)