11 marzo 2012

Discurso oficial, lugar común y burla


Por Humberto Acciarressi

El fenómeno no es nuevo. Es una de las especialidades de la corte oficial y oficialista. Hablar, hablar y hablar; machacar con frases alienantes como en un moderno "1984" orweliano; aprovechar las cadenas televisivas o la innumerable red de medios audiovisuales comprados por la pauta oficial. Y, lo peor de todo, el caradurismo del "todo vale", al punto que ni siquiera hay que rascar la superficie para verificar que es una tomada de pelo a la gente.

Cuando a horas de la masacre de Once, el "renunciado" Schiavi, con 51 muertos y casi 700 heridos sobre sus espaldas, dijo aquello de "si la tragedia ocurría ayer, que era feriado, no hubiera sido tan grave", fue un insulto como pocas veces se ha visto. Pero estaba en la línea de un largo discurso basado en consignas que chocan con la realidad. La propia presidenta de la Nación trató de justificar lo injustificable con una frase insultante a los que van como ganado en el Sarmiento. "Ahora viaja más gente porque tienen donde ir" y "en 2003 no había que ir a ningún lugar", señaló con esa tendencia a ningunear toda la historia anterior al año en que asumió su marido.

En esa catarata de frases para justificarse, la ministra Garré -justo quien le había sacado la policía a los hospitales que atendieron a las víctimas- quiso endilgarle su propia muerte al joven Lucas Menghini, "por subirse a la cabina de conducción del motorman del cuarto vagón, lugar vedado a los pasajeros". Ahora, con mucha tela en el medio, el ministro de Planificación, Julio De Vido, acaba de señalar en alusión a la ruta 9 y a los fallecidos que había años atrás en accidentes viales, que "esos muertos que no se producen, nunca se contabilizan". Imposible no recordar al menemista Bernardo Neustadt y su frase de cabecera: "Se habla del avión que cae y no de los que llegan a destino". La historia argentina convertida en historieta, mientras quienes gobiernan van del lugar común a la cargada. Aunque cada vez son menos los que ríen.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)

Cristina Fernández y su ministro Julio De Vido