21 marzo 2012

Uno de los enfermeros se creía Dios


Por Humberto Acciarressi

Ya se sabe que los dos enfermeros uruguayos mataron a por lo menos 16 pacientes en dos centros asistenciales del país hermano, pero se investigan minuciosamente otros centenares de decesos bastante extraños, como para suponer que podrían integrar la horrorosa lista de estos criminales que utilizaban jeringas con aire o morfina. Incluso uno de estos enfermeros tan poco ortodoxos, habría confesado que no recuerda las muertes que provocó.

A última hora se supo que estos asesinos seriales estaban ligados familiarmente, aunque a pesar de eso insisten en que no actuaron en conjunto y forma predeterminada. Más aún, ambos afirman haber matado a los pacientes por piedad, ya que no soportaban el sufrimiento ajeno. Lo que habían olvidado es que a uno de los fallecidos ya le habían dado el alta médica y estaba a punto de irse para su casa.

Estos émulos de Mengele tienen consternados a los uruguayos. "Me creí Dios, me equivoqué, estoy arrepentido", señaló una de las bestias. Se creyó Dios!!! Un tarado con las facultades mentales muy cercanas a las de Ted Bundy decide que no tenés que sufrir más, te mete una pichicata y te manda al otro mundo. Y después andá a quejarte a Lola.

Aunque hay algunos investigadores que opinan que ambos asesinos jugaban un "torneo" en el que ganaba quien liquidaba más gente, e incluso que los muertos pertenecían a la franja de "los que les caían mal". El sistema de salud uruguayo deja bastante que desear (si querés tomarte la presión o la fiebre y sos extranjero, tenés que vender una valija con toda la ropa), pero esto es el colmo. Por las dudas, los psicópatas se llaman Marcelo Pereira y Ariel Acevedo. No sea cosa que te duela la cabeza y alguno de estos ande cerca.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)