JOHN LENNON, DE PELO CORTO, LE EXPLICA AL JUEZ GRIESA DETALLES DE GRABACION. |
Por Humberto Acciarressi
A mediados de los 70, John Lennon no sabía bien hacia dónde se encaminaba su vida. Venía de vivir su romance con la diseñadora de joyas y escritora May Pang, en lo que él mismo llamó "el fin de semana perdido" (curiosamente, se había separado de Yoko, y ella misma le había sugerido su nueva pareja). De hecho, Pang -que luego escribiría un libro con las andanzas de ambos- aparece como productora y "madre superiora" en los créditos de "Walls and Bridges". Lennon, además, llegaba de tremendos excesos de alcohol y drogas, de peleas en bares, además de su ruptura con Phil Spector, quien a los tiros -literalmente- se escapó con todas las cintas grabadas por su amigo. En medio de ese caos, vaya a saber cómo, John se las ingenió para estar más prolífico que nunca. Se juntaba con sus ex compañeros Ringo, George e incluso Paul, y extremó sus relaciones musicales con David Bowie y Elton John. Un día, como ya estaría planeado, el músico volvió con Yoko.
Fue por ese tiempo que John había demandado a Morris Levy, una especie de "busca" discográfico que había editado un disco de Lennon sin su autorización, y con quien ya tenía viejos problemas. En realidad, a fines de los 60, John había querido hacerle un homenaje a Chuck Berry y para eso utilizó un verso de una de sus canciones, "You Can´t Catch Me", para "Come Togheter", grabada en "Abbey Road" de los Beatles. Levy, que compraba canciones a granel y esquilmaba a los autores con las regalías, le inició juicio a Lennon pero lo abandonó con una condición: que en un vinilo John grabara tres temas de su propiedad. El ex Beatle, que estaba pensando hacer un disco de "oldies", le dijo que aceptaba. En el medio sucedieron las cosas que ya contamos, entre ellas la huída de Spector con las grabaciones. Amenaza va, amenaza viene, Levy -insistimos, vinculado a la mafia de New York e investigado por el FBI por su contacto con la "Familia Genovese" - no pudo conseguir el permiso de Capitol y de Apple Records para utilizar el nombre, la imagen y los temas de John.
Eso no frenó al vivillo de Levy, quien con el material que tenía del ex Beatle hizo un LP, le puso otro de sus selllos, Adam VIII, y lo sacó en enero de 1975 con el nombre de "Roots, John Lennon sings the great rock and roll hits", del que vendió por correo 1.270 copias de las 3.000 que alcanzó a hacer. El resto fue retirado de la venta. Obviamente la cuestión terminó en los tribunales. Lo más llamativo era que Levy estaba convencido de que iba a ganar, e incluso pidió ser indemnizado por EMI/Capitol y Apple por 42 millones de dólares. El resultado de ese entrevero, por esas cosas del destino, cayó en el juzgado de Thomas Poole Griesa (el mismo que tiene en jaque a la Argentina por el tema de los fondos buitres). Claro que en ese entonces tenía unos 45 años y nada de la fama de la actualidad. De lo que pasó en aquella corte en enero de 1976, además de los fallos, sólo queda una foto de Bob Gruen (fotógrafo y amigo de John, a quien había conocido en Greenwich Village), y unas breves líneas que el mismo artista escribió en un libro.
En palabras de Gruen, John - quien argumentaba que la mala calidad del material utilizado, la foto con pelo largo de los años 60, y otras cuestiones afectaban su reputación - le dio una clase magistral al juez Griesa sobre la diferencia de una cinta "en crudo" y la final, cómo grabar canales, la forma de mezclar, la barbaridad de editar un disco con una mezcla en estado muy alejado de la definitiva. Lennon, que se presentó al juicio con el pelo corto, hasta hizo un chiste cuando el abogado de Levy dijo que estaba así por la ocasión. "Es mentira -dijo-, me lo corto cada 18 meses". Como anécdota digamos que William Schurtman, el letrado del pirata y mafioso discográfico, después de concluir el proceso le pidió a Lennon si le firmaba el álbum "Two Virgins".
El 20 de febrero de 1976, Thomas Griesa emitió su dictamen en 29 páginas. Previamente, para comprender mejor lo dicho por el músico, había escuchado las grabaciones en la casa de un asistente. Por un lado, John fue condenado a pagar 7.000 dólares por "incumplimiento de contrato verbal" y por carecer de legitimidad para negociar derechos de distribución. Sin embargo, Levy tuvo que indemnizar a EMI con 110.000 dólares y al ex-Beatle con 42 mil dólares por "daño de imagen". A consecuencia del juicio, John y Yoko cayeron en cama con un virus gastrointestinal que sortearon con un ayuno de 40 días. En cuanto a la foto, Gruen la sacó a escondidas y Griesa se enteró años más tarde. En lugar de sancionarlo le pidió una copia y, según dicen quienes entran a su estudio, aún la tiene enmarcada y colgada. Para cerrar esta historia: Lennon fue asesinado el 8 de diciembre de 1980; Morris Levy -mientras esperaba ser juzgado en una causa por extorsión- murió de cáncer de hígado el 21 de mayo de 1990; y el juez Thomas Griesa, para desgracia de la Argentina, aún ejerce la profesión.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)
A mediados de los 70, John Lennon no sabía bien hacia dónde se encaminaba su vida. Venía de vivir su romance con la diseñadora de joyas y escritora May Pang, en lo que él mismo llamó "el fin de semana perdido" (curiosamente, se había separado de Yoko, y ella misma le había sugerido su nueva pareja). De hecho, Pang -que luego escribiría un libro con las andanzas de ambos- aparece como productora y "madre superiora" en los créditos de "Walls and Bridges". Lennon, además, llegaba de tremendos excesos de alcohol y drogas, de peleas en bares, además de su ruptura con Phil Spector, quien a los tiros -literalmente- se escapó con todas las cintas grabadas por su amigo. En medio de ese caos, vaya a saber cómo, John se las ingenió para estar más prolífico que nunca. Se juntaba con sus ex compañeros Ringo, George e incluso Paul, y extremó sus relaciones musicales con David Bowie y Elton John. Un día, como ya estaría planeado, el músico volvió con Yoko.
Fue por ese tiempo que John había demandado a Morris Levy, una especie de "busca" discográfico que había editado un disco de Lennon sin su autorización, y con quien ya tenía viejos problemas. En realidad, a fines de los 60, John había querido hacerle un homenaje a Chuck Berry y para eso utilizó un verso de una de sus canciones, "You Can´t Catch Me", para "Come Togheter", grabada en "Abbey Road" de los Beatles. Levy, que compraba canciones a granel y esquilmaba a los autores con las regalías, le inició juicio a Lennon pero lo abandonó con una condición: que en un vinilo John grabara tres temas de su propiedad. El ex Beatle, que estaba pensando hacer un disco de "oldies", le dijo que aceptaba. En el medio sucedieron las cosas que ya contamos, entre ellas la huída de Spector con las grabaciones. Amenaza va, amenaza viene, Levy -insistimos, vinculado a la mafia de New York e investigado por el FBI por su contacto con la "Familia Genovese" - no pudo conseguir el permiso de Capitol y de Apple Records para utilizar el nombre, la imagen y los temas de John.
Eso no frenó al vivillo de Levy, quien con el material que tenía del ex Beatle hizo un LP, le puso otro de sus selllos, Adam VIII, y lo sacó en enero de 1975 con el nombre de "Roots, John Lennon sings the great rock and roll hits", del que vendió por correo 1.270 copias de las 3.000 que alcanzó a hacer. El resto fue retirado de la venta. Obviamente la cuestión terminó en los tribunales. Lo más llamativo era que Levy estaba convencido de que iba a ganar, e incluso pidió ser indemnizado por EMI/Capitol y Apple por 42 millones de dólares. El resultado de ese entrevero, por esas cosas del destino, cayó en el juzgado de Thomas Poole Griesa (el mismo que tiene en jaque a la Argentina por el tema de los fondos buitres). Claro que en ese entonces tenía unos 45 años y nada de la fama de la actualidad. De lo que pasó en aquella corte en enero de 1976, además de los fallos, sólo queda una foto de Bob Gruen (fotógrafo y amigo de John, a quien había conocido en Greenwich Village), y unas breves líneas que el mismo artista escribió en un libro.
En palabras de Gruen, John - quien argumentaba que la mala calidad del material utilizado, la foto con pelo largo de los años 60, y otras cuestiones afectaban su reputación - le dio una clase magistral al juez Griesa sobre la diferencia de una cinta "en crudo" y la final, cómo grabar canales, la forma de mezclar, la barbaridad de editar un disco con una mezcla en estado muy alejado de la definitiva. Lennon, que se presentó al juicio con el pelo corto, hasta hizo un chiste cuando el abogado de Levy dijo que estaba así por la ocasión. "Es mentira -dijo-, me lo corto cada 18 meses". Como anécdota digamos que William Schurtman, el letrado del pirata y mafioso discográfico, después de concluir el proceso le pidió a Lennon si le firmaba el álbum "Two Virgins".
El 20 de febrero de 1976, Thomas Griesa emitió su dictamen en 29 páginas. Previamente, para comprender mejor lo dicho por el músico, había escuchado las grabaciones en la casa de un asistente. Por un lado, John fue condenado a pagar 7.000 dólares por "incumplimiento de contrato verbal" y por carecer de legitimidad para negociar derechos de distribución. Sin embargo, Levy tuvo que indemnizar a EMI con 110.000 dólares y al ex-Beatle con 42 mil dólares por "daño de imagen". A consecuencia del juicio, John y Yoko cayeron en cama con un virus gastrointestinal que sortearon con un ayuno de 40 días. En cuanto a la foto, Gruen la sacó a escondidas y Griesa se enteró años más tarde. En lugar de sancionarlo le pidió una copia y, según dicen quienes entran a su estudio, aún la tiene enmarcada y colgada. Para cerrar esta historia: Lennon fue asesinado el 8 de diciembre de 1980; Morris Levy -mientras esperaba ser juzgado en una causa por extorsión- murió de cáncer de hígado el 21 de mayo de 1990; y el juez Thomas Griesa, para desgracia de la Argentina, aún ejerce la profesión.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)
EL DISCO QUE SACO EL MAFIOSO LEVY Y QUE INDIGNO A LENNON. |