“En el país de la Copa Mundial, más del 40 por ciento de la población no tienen acceso a instalaciones sanitarias básicas”
Eso dicen los carteles que levantan las mujeres que participan en una protesta frente a sus casas en el barrio marginal de Jacarezinho en Río de Janeiro, Brasil. Organizado por Río de Paz, los manifestantes dicen que el dinero público invertido en el torneo internacional de fútbol debería haber sido utilizado para mejorar las escuelas, la salud y la seguridad en los barrios pobres.