Por Humberto Acciarressi
Ya se sabía; el dato no es nuevo. La mayoría de quienes frecuentan las redes sociales son mirones, y algunos de la peor calaña. Sin embargo, el tiempo histórico ya no corre: vuela a velocidades vertiginosas. Y no hay caja negra que registre lo que pasa en el trayecto. Si la gente no logra ponerse de acuerdo en si aún existen o no los Sugus de frambuesa (ya hablaremos de eso), mucho menos sobre el errático comportamiento de los habitantes de Twitter.
Pues bien. Ante esas encuestas truchas realizadas en el radio de una cuadra, o las que a duras penas alcanzan los cien testeados, la Harvard Business School acaba de salir al paso con una bastante contundente. Anunció enfáticamente que sondeó el comportamiento de 300.542 usuarios del microblogging. Si esto es cierto, se trata de una enormidad. ¿Y qué dice el estudio? Que el 90% del contenido de la red lo aporta el 10% de los twitteros. Ergo, el 90% restante larga un exabrupto de 140 caracteres cada muerte de obispo, y el resto del tiempo se dedica a observar lo que hace el grupo más activo.
Cualquiera que tenga que una cuenta en Twitter sabe que es así; pero ahora es un estudio científico el que nos confirma la existencia de esta novedosa variante del mirón. La pregunta es ¿qué hace el voyeur mientras el timeline de los otros crece vertiginosamente?, ¿ríe, llora, se angustia, escribe cosas que no envía al espacio twitteril, se abochorna, se toma una birra, se come las uñas, sueña con serpientes? Eso es lo que el estudio no dice. Eso tal vez lo sepas vos, escondido detrás de un avatar, con un lápiz, un pañuelo o un cuchillo en la mano.
(Publicado en "La columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)