Robin Hood, aquel romático personaje medieval que le quitaba a los ricos para darle a los pobres, podría ser un héroe con pies de barro. Parece que una inscripción en latín que data de 1460, indica que el chorrito vestido de verde era considerado por los pobres como una peste que "infectó Sherwood". Los desposeídos no lo bancaban, lo cual arroja por la borda un mito consagrado del folclore mundial.
¿Qué pasará ahora con las varias ciudades inglesas que se disputaban su nacimiento? ¿llegará el día en que nos enteremos que el Zorro era un vulgar ratero? O, lo que sería un golpe mortal a nuestra vapuleada credulidad: ¿acaso será mentira que Mister Ed hablaba? Porque fue en Hollywood, en mayor medida que en la literatura, donde se robusteció y afianzó el mito de "ladrón bueno" que le cupo hasta ahora a Robin Hood. Desde Douglas Fairbanks y Errol Flynn, hasta Kevin Costner, pasando por decenas de actores de verdad y dibujos animados, muchos fueron alguna vez Robin Hood.
Hay que aclarar, sin embargo, que es falso que el manuscrito forme parte -con el objeto de enfatizar que "no hay delincuente bueno"- de la campaña de Susana Giménez para instaurar la pena de muerte. Aunque no se descarta que alguno esté dispuesto a utilizar el argumento.