Por Humberto Acciarressi
Hasta 1881, el sistema monetario argentino era un caos multiplicado por cada una de las provincias. Después, desde la aparición de la cara de Nicolás Avellaneda en el primer billete de 5 centavos (1884) hasta la actualidad, siguió siendo un caos, pero nacionalizado por ley. Algo así como un castigo bíblico, pero más ordenado.
Un dato irrefutable es que siempre la cara de los billetes estuvo reservada para los políticos (sin ignorar, claro, que Mitre fue historiador y traductor de la Divina Comedia, y Sarmiento el más grande ensayista de América, autor del "Facundo", obra cumbre del siglo XIX). Los estudiosos dividen el proceso del papel moneda vernáculo en "Primeros billetes", "Serie del Progreso", "Moneda Nacional", "Ley 18.188", "Peso Argentino", "Austral", "Peso Convertible" y "Peso Nuevo Diseño". Todos, inevitable, invariable y fatalmente, se fueron al olvido a caballito de sucesivas devaluaciones.
Ahora se anuncia que para el Bicentenario, Rosas, Belgrano, Roca, San Martín, Mitre y Sarmiento, serán reemplazados por escritores (Borges, Bioy Casares), músicos (Piazzolla), o científicos (Leloir, Houssay). El mejor homenaje sería que sus rostros estuvieran en un peso fuerte. Si eso no ocurre, da lo mismo una imagen de Borges o una del Pájaro Loco.
(Publicado en "La columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)
Ahora se anuncia que para el Bicentenario, Rosas, Belgrano, Roca, San Martín, Mitre y Sarmiento, serán reemplazados por escritores (Borges, Bioy Casares), músicos (Piazzolla), o científicos (Leloir, Houssay). El mejor homenaje sería que sus rostros estuvieran en un peso fuerte. Si eso no ocurre, da lo mismo una imagen de Borges o una del Pájaro Loco.
(Publicado en "La columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)