Por Humberto Acciarressi
Quizás se trate de uno de los versos más descabellados en la historia de los Ovnis. Y su autor, uno de los personajes más delirantes que se recuerden. Hablamos de George Adamski, cuyo nombre me vino a la memoria gracias al objeto que emitía una luz verde, atravesó el cielo de la Argentina e incluso se observó en Uruguay en estos días. Tal vez deba aclarar que no se trata de credulidad o incredulidad, sino de la historia de un tipo mitad polaco mitad estadounidense, que hacia 1946 tenía una costumbre: observar el cielo con un telescopio, instalado en los fondos de su restaurante al pie del Monte Palomar. Para abreviar digamos que el 9 de octubre de 1946 relató que vió un Ovni; en 1947 observó nada menos que 184; y repitió la faena entre 1950 y 1951. Con eso sólo bastaba para meterlo en la farsa de los Ovnis truchos. Pero faltaba lo mejor.
Un día, al ser informado por otros estudiosos que se estaba convirtiendo en la persona que había visto más platos voladores (tal su nombre vulgarizado), se dedicó a fotografiarlos. Había advertido que lo estaban cargando. Vaya uno a saber qué pasó por su mente afiebrada, pero lo cierto es que el jueves 20 de noviembre de 1952, su psiquis cruzó la frontera: contó que, en el desierto de Arizona, estuvo charlando más de una hora con un venusino. Con posteridad a tan increíble hazaña, Adamski tuvo otros nueve contactos con habitantes de Venus, al cabo de los cuales terminaron siendo amigos de fierro. Uno de ellos le dio un paquete para que se lo entregara al Papa Juan XXIII. La leyenda dice que así lo hizo. Y como si esto fuera poco, los extraterrestres - tal lo narrado con lujo de detalles- lo llevaron a pasear a la Luna, donde vio extrañas ciudades y autos que circulaban a treinta centímetros del suelo.
En sus relatos, repetidos mil veces en igual número de giras por el mundo-, Adamski describió a su principal interlocutor venusino: "...con ropas apropiadas, aquel ser hubiera parecido una bella mujer terrestre. Pero tengo la certeza que era un hombre. Su cara estaba coronada por un cráneo voluminoso. Tenía los ojos tranquilos de color ceniciento verdoso, ligeramente estrechados en su lado externo. Los pómulos eran más salientes de lo normal y su nariz más gruesa de lo corriente". El relato sigue y sigue, pero no quiero aburrirte. Salvo quienes integran una fundación que lleva su nombre -Adamski murió el 23 de abril de 1965- la mayoría de los estudiosos del fenómeno consideran que nadie le hizo más daño a quienes creen en los ETs. A la distancia, apenas parece que se trató de uno de esos seres tristes que se pasean por los patios de los hospicios.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)
NO ES CHISTE (O SI). ESTE ES UNO DE LOS SUPUESTOS OVNIS FOTOGRAFIADOS POR ADAMSKI |