Por Humberto Acciarressi
No voy a desafiar a nadie a que encuentre algo más bizarro, porque me consta que voy a perder. El mundo, particularmente la Argentina ya que es mi país, es una fábrica de bizarradas y todos quieren tener la última palabra. Es una competencia en la que nadie quiere estar fuera del podio, y cuando escribo que "nadie se escapa" quiero decir "nadie". Estamos en un circo de freaks en plena competición y hasta Discepolín, si viviera, no sabría cómo empezar a escribir un tango. Aunque en cierto sentido, "Cambalache" permite tener una idea aproximada, más que cualquier otra canción en la historia de la música. Lo malo es que uno se va acostumbrando a este descalabro generalizado y ya nadie se asombra de ver llorar la Biblia junto a un calefón. Y ese tal vez sea el síntoma que indica que estamos balanceándonos en una pendiente demasiado empinada.
Pero por hoy, limitémonos únicamente al terreno del Poder Judicial. Mientras el país observa azorado -aunque ya curado de espanto- la escandalosa intención del gobierno nacional de ir por la Corte Suprema de Justicia y quedarse con el único poder independiente que queda después de una década de gobierno kirchnerista; y jueces, fiscales y abogados en general no dan abasto por las causas de cualquier laya y en todos los fueros, hay alguien de ese ámbito que parece vivir en alguno de los capítulos de Lewis Carroll. Se trata del exitoso, buen profesional y mediático Fernando Burlando. Como ya sabés, el letrado platense es un peso pesado en la Justicia y, entre los casos más renombrados, participó como defensor de los "horneros" acusados por el crimen de nuestro compañero José Luis Cabezas, de Alfredo Pesquera en el accidente que terminó en la muerte de Rodrigo, de Carola Labrador en el asesinato de Candela, además de ser el "boga" de gran cantidad de poderosos mediáticos y criminales célebres como Horacio Conzi.
Como decíamos. Ahora, en medio del nuevo intento kirchnerista de pasar a retiro a Carlos Fayt e instalar una supuesta renuncia de Ricardo Lorenzetti por "cansancio moral" (ambos jueces de la Corte son atacados por la propia presidente de la Nación), el exitoso Burlando le mandó al programa "Bailando por un Sueño" edición 2015 -en el que participará junto a su pareja- una carta documento para que eliminen el "0" de las calificaciones de los jurados, lo cual fue propuesto por el periodista chimentero Polino y aceptado por "Ideas del Sur". No es mi estilo subestimar a los lectores, pero ¿entienden de lo que estamos hablando, verdad? La Justicia del país pende de un hilo y Burlando amenaza con ir a los tribunales por la calificación en un programa de entretenimientos. Polino, a quien nadie le pide que ponga en concordancia su "personaje" con lo que sufre el país, le contestó sin vueltas al letrado: "Flaco, no es una facultad, es un programa de televisión. Andá a ensayar". Si lo escribe Woody Allen digo que exagera.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)