12 marzo 2014

El legado de la música negra a Occidente


Por Humberto Acciarressi

En la Cité de la Musique, el enorme museo dependiente del ministerio de Cultura de Francia, comenzó a exponerse una historia en varias disciplinas de la música negra y su aporte al mundo, bajo el título de "Great Black Music". Se trata de un recorrido sensorial, georgráfico y temático, que cuenta la trayectoria de miles de artistas, que se extenderá hasta el 24 de agosto en lo que se considera el más grande acontecimiento relacionado con el tema, no sólo en Francia, sino en todo el mundo. Esta muestra que tiene por objetivo central "una inmersión total del visitante en la música", ocupa seis de las salas del complejo construido en 1995 por Christian de Portzamparc, que además posee un anfiteatro de dimensiones gigantescas y una mediateca.

El homenaje francés a las músicas con raigambre africana y su expansión planetaria presenta varias novedades, que serán el fervor de los melómanos. Un dato interesante será que la exposición -y de esto habrá que tomar nota ya que es bien aplicable en la Argentina, país en el que confluyen músicas de diverso origen- fue enriquecida sobre un cuerpo de textos musicológicos, antropológicos y cronológico, para lo cual se han convocado académicos de diversas disciplinas, que han descubierto una conciencia panafricana. Y todos trabajando al servicio de la música negra, sin otras discusiones que no sean las estéticas y filosóficas. Precisamente los organizadores recordaron que el término "Great Black Music" fue acuñado por Malachi Favors y Lester Bowie, prestigiosos miembros del Art Ensamble of Chicago y de la Association for the Advancement of Creative Musicians.

Los curadores de la exposición añadieron a ésta varios instrumentos únicos en el mundo, provenientes de la enorme y valiosa colección de Victor Schoelcher (1804-1893), un político y ferviente antiesclavista francés del siglo XIX, que entre otras cosas llevó a Francia un rarísimo conjunto de piezas del Caribe y de Africa, muchas de las cuales ya ni eran ejecutadas por los creadores, que habían sido diezmados en ambos continentes. Músicas como el reggae, el hip hop, el dance floor, el tecno pueden encontrarse en una de las salas de la exposición, mientras que otras están bautizadas como "Las leyendas de la música negra", "Mamá Africa", "Ritmos y ritos sagrados" y "Las Américas negras". Para que se tenga una noción aunque sea vaga de la magnitud de la exposición, baste señalar que hay un centenar de instalaciones interactivas. Y lo mencionado apenas para comenzar.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)