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Mostrando las entradas con la etiqueta Robin. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Robin. Mostrar todas las entradas
16 julio 2016
13 mayo 2016
26 enero 2016
26 diciembre 2015
13 agosto 2015
25 mayo 2015
25 diciembre 2014
Robin, el escudero más bobo de todos los tiempos
Por lo menos para mí, es el escudero menos interesante de todos los tiempos. Y mirá que hubo muchos, aunque sólo nos limitemos al mundo de la historieta. Bobo, intrascendente, demasiado delicadito para el papel de acompañante del Hombe Murciélago, no le encuentro a Robin más que aquello que lo convierte en un estúpido. No es un juicio caprichoso. Por ejemplo, como muchos, tengo por el Correcaminos o por el ratón Jerry, una antipatía que me hace solidarizarme con el Coyote y con el gato Tom. Pero no me resultan indiferentes. Robin, en cambio, es una entelequia de superhéroe que no me despierta el más mínimo sentimiento. Incluso se sabe que Batman debutó sin compañeros en mayo de 1939, en el número 27 de la revista "Detective Comics", en una tira titulada "El caso del sindicato químico".
Bob Kane, su creador, recuerda en su autobiografía "Batman y yo", que el ayudante nació para que el encapuchado pudiera hablar con alguien. Incluso su referencia al pibe es tan honesta como hilarante: "Pensé que todo chico querría ser como Robin: travieso, divertido, libre; sin escuela, sin tareas, que vive en una mansión sobre la baticueva y viaja en el batimóvil". Tal vez yo esté equivocado, pero es la descripción de un tarado. Fue así, en 1940, que Bruce Wayne se hizo cargo de un joven cuyos padres habían sido asesinados: Dick Grayson. Batman y Robin se hicieron inseparables. Hasta que en la década del 50, en su libro "Seducción del inocente", el cruzado contra la historieta Freederic Wertham escribió: "Viven en habitaciones suntuosas, con flores hermosas en jarrones enormes, y tienen un mayordomo, Alfred. Es como el sueño de la convivencia entre dos homosexuales".
En el universo del papel y la tinta, el murciélago tuvo tres ayudantes con el mismo nombre: el mencionado Grayson, a quien, en 1986, los guionistas lo dejaron crecer y adoptar el nombre de Nightwing; el matón Jason Todd (que en 1988 fue "asesinado" a pedido de los lectores); y Tim Drake, un pirata informático que ingresa a la baticueva. En la pantalla Robin tuvo varias caras. En 1943, la Columbia Pictures produjo quince episodios con Lewis Wilson como Batman y Douglas Croft como el joven maravilla. El segundo ciclo se emitió en 1949, con Robert Lowery y John Duncan como el hombre murciélago y su Sancho Panza respectivamente. Y en 1966 llegó el momento culminante cuando la 20 th Century Fox produjo los 130 episodios de la serie en color dirigida por Leslie H. Martinson y protagonizada por Adam West como Batman y Burt Ward.
Esa tira tuvo dos características. Una buena y otra mala. La primera fue que llevó a la TV los códigos del comic (los "Zas", "Shock", "Boom", "Augh" pintados en colores). La segunda, que le quitó lo gótico de la historieta para llevar a la pareja al límite de la bobería. Aunque Adam West aclaraba a cada rato en un viaje a la Argentina que "entre Robin y yo no pasa nada, no somos una batipareja gay", nadie le creía. Hay cosas que pocos saben. El actor Burt Ward, con su aire aniñado, estúpido y ambivalente, a los 21 años ya se había casado dos veces y su primera esposa lo había dejado acusándolo de "crueldad mental". Años más tarde, cuando nadie le daba ni un bolo en una película clase B, escribió un libro titulado "Boy wonder, my life in tights" ("Muchacho maravilla, mi vida en calzas").
En la saga cinematográfica inaugurada por Tim Burton, Robin aparece en la tercera versión, en la piel de Chris O´Donnell. Su antecesor de los años 60 puso el grito en el cielo. Lo criticó por "arrogante y agresivo" y añadió algo divertido: "Mi Robin nunca se hubiera atrevido a llamar Al a Alfred, el mayordomo, o dar un paseo en batimovil sin pedir permiso a Batman". Santa estupidez, joven maravilla.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)
30 septiembre 2014
15 septiembre 2013
21 agosto 2013
23 junio 2013
06 marzo 2013
Batman, nuevo socio de la policía británica
Lejos de llorar la muerte de su quinto Robin (ya se mandó al "jonca" a ese número de escuderos, como escribimos en esta misma columna hace unos días), Batman se cobró unas merecidas vacaciones. Se las tomó de Ciudad Gótica y puso proa hacia Inglaterra. Es de sospechar que su baticasa quedó al cuidado de Alfred y el tiempo no le dio para estar en el velorio multitudinario de su amigo (hijo, sobrino, amante, ¿vaya a saber uno que los unía?).
Pero Bruce Wayne, o Batman, no puede con su genio. Sus vacaciones son más laboriosas que las de un esclavo. Resulta que estaba en el norte de Gran Bretaña, cuando se enteró que un malandrín estaba haciendo de las suyas, más precisamente estafando. Y los superhéroes parece que no tienen tiempo ni pa´ echarse una siesta. Salió del hotel, saludó al conserje y se metió en algún lado para cambiarse la ropa. Tampoco es cuestión de presentarse en sociedad vestido como un croto. Después de todo estamos hablando de Batman y no del Conde de Montecristo.
Las noticias que nos llegan desde Inglaterra no especifican los detalles. Y bueno sería, tratándose de un tipo que hace del anonimato uno de sus fuertes. Pero el asunto es que en una comisaría del norte inglés, para asombro de los oficiales, Batman entró en el recinto con un hombre con las manos atadas. "Agarré al sospechoso para ustedes", dijo en tono sombrío antes de desaparecer, al mejor estilo del Hombre Murciélago, en la oscuridad de la noche. El periódico Daily Mail deja constancia de este suceso.
Por suerte, en la actualidad, contamos con tecnología suficiente. Gracias a ella, una cámara de la comisaría grabó unas imágenes, en las que se ve a Batman -un poco más bajo que el de las películas y bastante más panzón-, esperando al lado del mostrador de entrada a que la policía fiche al sospechoso. Lo llamativo es que el delincuente era buscado por fraude y manipulación de objetos robados. Batman se fue sin dejar su nombre. Pobre tonto: como si no lo supiéramos.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
01 marzo 2013
Batman es mufa: se le muere otro Robin
El universo de los cómics, rico e inesperado, todos los días nos da una sorpresa. Linterna Verde declara su homosexualidad, un personaje de X-Men se casa con otro del mismo sexo y se revela el romance de Superman con la Mujer Maravilla. Ahora, cuando nadie lo esperaba, DC Comics anunció que en el próximo número de Batman, Robin morirá tratando de salvar al mundo.
De acuerdo a los trascendidos, tendrá una muerte horrible. El pobre escudero, siempre sospechado de ser la pareja oculta del Hombre Murciélago y su verdadero amor, morirá brutalmente en el transcurso de una batalla para salvar al planeta. "El salva al mundo, hace su trabajo como Robin y muere como un héroe absoluto", aseguró el guionista Grant Morrison. Te preguntarás dónde estaba Batman. Llegó tarde. No se sabe si estaba de farra o mirando una película sobre sus andanzas. El asunto es que Robin crepa sin vueltas.
Como si hiciera falta una moraleja (los yanquis son especialistas en ellas) el guionista precisó que la muerte del Joven Maravilla ilustrará cómo los padres pierden de vista a sus hijos cuando estos se encuentran peleando (en la historia hay elementos del divorcio de los padres de Robin). Hace rato que no escuchaba una estupidez más grande.
Vale recordar que no es la primera vez que Robin se muere. Después del clásico Dick Grayson (Ricardo Tapia entre nosotros), pupilo y supuesto amante de Batman, irrumpió Jason Todd, muerto por The Joker en el capítulo "Una muerte en la familia". Después llegó el turno de Timothy Drake, que en realidad no se llevaba demasiado bien con el murciélago, tal vez porque era más inteligente que él y tenía novia.
El cuarto Robin es, curiosamente, una mujer: Stephanie Brown. Obviamente no duró mucho. Falleció por la negligencia médica de una colaboradora del propio Batman, la doctora Leslie Thompkins. Y así llegamos a Damian Wayne, el Robin que morirá la semana que viene. Es un hijo ilegítimo de Batman. No hay vuelta que darle: el Hombre Murciélago es un mufa de primera línea.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
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OTRO ESCUDERO A LA TUMBA |
21 enero 2013
Remataron el Batimóvil original en US$ 4 millones
El vehículo está armado a partir de un prototipo único, creado por la Ford Motors para una exhibición de Chicago sobre la base de un Lincoln Futura de 1955. Con 5,8 metros de largo y pintado de blanco hielo, el automovil original había sido ensamblado completamente a mano en Italia y tenía un costo estimado en US$250 mil. Luego, con los retoques, quedó tal cual lo utilizaron el actor Adam West, vestido Batman, y Burt Ward, de Robin.
27 agosto 2012
25 mayo 2012
Northstar hace lo que no se animó Robin
De Jean-Paul Beaubier, el mutante canadiense con habilidades sobrehumanas conocido como Northstar (Estrella del Norte), se puede decir que fue un adelantado en el arte de salir del clóset. Esquiador, novelista, hombre de negocios y capaz de moverse y volar a velocidad supersónica, en 1992 se reconoció homosexual. Claro que todo esto ocurrió en el maravilloso mundo de las historietas de Marvel, más concretamente en la edición 106 de "Alpha Flight". Durante más de una década lo había ocultado.
Ahora, Northstar le pidió matrimonio a su compañero Kyle Jinadu, en el número 50 de "Astonishing X-Men" que ya está en los kioskos de los Estados Unidos. De acuerdo a lo que anunció la editorial Marvel, la pareja sellará el acuerdo - "un poderoso amor entre dos personas que tienen que luchar contra viento y marea", según escribió el escritor de cómics Marjorie Liu- con una boda a celebrarse en la edición programada para el 20 de junio. Vale agregar que será la primera unión gay de Marvel.
Este matrimonio -no parece casual que se produzca a días de las declaraciones de Obama en favor de los derechos de los gays a casarse- tiene muchos antecedentes en el mundo de las historietas, donde los superhéroes rara vez han admitido su homosexualidad. Varios de los X-Men podrían ser una excepción, ya que hay casos de bisexualidad y lesbianismo ¿Y qué pasa por el lado de la competencia? Pues que DC Comics anunció que revelará la homosexualidad de uno de sus principales y más emblemáticos superhéroes.
¿Quién será?, ¿Batman?, ¿Superman? ¿Linterna Verde?, ¿Flash? Claro que si llegan a decir Robin no estarán dando ninguna novedad. El chico maravilla hace rato que está en el ojo de la tormenta y ya va siendo hora que blanqueen su situación, que por carácter transitivo sería la del propio Hombre Murciélago. Y si me corren un poco, hasta la de Alfred, el mayordomo. En cuanto a Superman, siempre fue evidente que su amor por Luisa Lane era muy traído de los pelos. Yo nunca le creí.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
24 septiembre 2011
Los gays tranquilos . . . llegó ¡¡¡ Búnker !!!
Por Humberto Acciarressi
"Es un pájaro, es un avión. No, es...Búnker". Y para más datos mexicano, se llama Miguel José Barragán, todos lo conocen como Búnker y es el primer superhéroe abiertamente homosexual. Lanzado por la editorial DC en la serie Teen Titans, su uniforme será de color púrpura y tiene cara de zombie, de acuerdo a las pocas imágenes que se conocen. De cualquier forma, en unos pocos días, cuando salga la revista, los aantes de las historietas se sacarán la duda.
Ricky Martin, Gómez Rinaldi, Guido y Tomasito, Oggi Junco, Smithers (el secretario del señor Burns), son apenas algunos de los personajes mediáticos que a partir de ahora podrán dormir con más tranquilidad. Cualquier cosa que les pase, les bastará gritar: "Búnker....", para que el superhéroe acuda con su visión aguda y su poder para crear campos gravitatorios.
No seamos injustos y no olvidemos a otros dos héroes homosexuales, aunque no declarados. Los tiempos en que se editó la primera serie de Batman no eran los mejores para salir del clóset, y en ese sentido es comprensible que todo lo que hiciera el Dúo Dinámico no pasara de las gruesas paredes de la Baticueva. Pero la gente no es tonta. En las primeras Batman de Tim Burton, no aparece Robin, precisamente porque el público norteamericano no quería que estuvieran juntos. De allí el papel destacado que tiene Batichica en las películas de la saga. No es extraño, en este sentido, que el super héroe gay no haya nacido en Kriptón sino en México, y que no se llame Clark Kent sino Miguel Barragán. Sin embargo, como a veces a los yanquis no les salen las cosas como quieren, no sería extraño que Búnker, el superhéroe púrpura, se convierta en una sensación. Esto recién comienza.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
05 marzo 2011
02 septiembre 2010
Lo que faltaba: dos Batman y un gaucho
Por Humberto Acciarressi
El mundo de los comics está a punto de sufrir una revolución, una suerte de toma del Palacio de Invierno. Agobiado por vivir a la sombra gótica de Batman y harto de quedar siempre marginado de la gloria, el joven Robin será ascendido ¿Le aumentarán el sueldo?, ¿lo pondrán al frente de las empresas de Bruce Wayne?, ¿lo dejarán, de cuando en cuando, ligar con alguna de las chicas de la saga? Nada de eso. Lo ascenderán a...Batman. Así como se lee. Ahora bien, ¿significa esto que Batman se jubiló o está en vías de hacerlo?, ¿se beneficiará o no con el 82% móvil? Para nada. Sigue en la brecha, trepado en las terrazas de Ciudad Gótica, luchando con los archivillanos históricos. Lo que sucederá es que con el ascenso de Robin a Batman, habrá dos Batman.
Recapitulemos: con dos hombres murciélago y ningún Robin, no se sabe quien prestará ayuda. Y toda historia de una pareja de héroes necesita un Sancho. Allí es donde entra en escena "El gaucho", un superhéroe argentino que lucha contra el narcotráfico en Buenos Aires, usa boleadoras ("bolo", en el inglés de la tira) y es llamado "un macho alfa". No, no hablamos de Patoruzú. En todo caso, eso tendría algo de sentido. Para nada: estamos frente a una de las tantas burradas yanquis basadas en estereotipos. Eso en lo que nos toca a nosotros, porque Batman reclutará a héroes de otras naciones. Claro: si antes no tenemos la suerte que lo baje de un fierrazo en el bocho Bugs Bunny, el Pájaro Loco o, aunque sea, la pequeña Lulú.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)
20 agosto 2010
Santo estudio, Robin, somos unos paparulos
Por Humberto Acciarressi
Superman, Batman, Flecha Verde, Flash, el siempre paródico Super Ratón, los integrantes de la Liga de la Justicia, el Chapulín Colorado, en fin, cientos de superhéroes que durante años mantuvieron a raya a los archivillanos del mundo, fueron en realidad unos zopencos. Miremos, por ejemplo, al hombre de acero con su disfraz de Clark Kent: un lenteja emocional incapaz de resistir una sesión de terapia. Y el Batman televisivo, con su identidad secreta de Bruce Wayne (Bruno Díaz, no embromemos), defendía a Ciudad Gótica y soñaba con Ricardito "Robin" Tapia. Hoy podrían casarse y serían felices. Y ni hablemos de Peter Parker, el joven detrás del cual se esconde Spiderman. Sin ánimo de ofenderlo, un salame con todas las letras que no debería asombrarse si se entera que Mary Jane levantó campamento con el verdulero.
Hoy -a diferencia de esos paparulos de capa y máscara- los superhéroes son peores que sus enemigos. Y entonces, dice un estudio, perniciosos para los chicos. El ejemplo es Iron Man, ex soldado en Vietnam y en la Guerra del Golfo, obsesivo cumpulsivo, cafishio de mujeres. Y qué decir de Bruce Banner (Hulk), que con el paso del tiempo se fue convirtiendo en un ser cada vez más inestable emocionalmente. Una verdadera plaga. Por comisión u omisión, los superhéroes de antes y los de ahora están en tela de juicio. Simpáticas u odiosas mutaciones que ya no le caen bien a todo el mundo. Recórcholis, muchachos.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)
Superman, Batman, Flecha Verde, Flash, el siempre paródico Super Ratón, los integrantes de la Liga de la Justicia, el Chapulín Colorado, en fin, cientos de superhéroes que durante años mantuvieron a raya a los archivillanos del mundo, fueron en realidad unos zopencos. Miremos, por ejemplo, al hombre de acero con su disfraz de Clark Kent: un lenteja emocional incapaz de resistir una sesión de terapia. Y el Batman televisivo, con su identidad secreta de Bruce Wayne (Bruno Díaz, no embromemos), defendía a Ciudad Gótica y soñaba con Ricardito "Robin" Tapia. Hoy podrían casarse y serían felices. Y ni hablemos de Peter Parker, el joven detrás del cual se esconde Spiderman. Sin ánimo de ofenderlo, un salame con todas las letras que no debería asombrarse si se entera que Mary Jane levantó campamento con el verdulero.
Hoy -a diferencia de esos paparulos de capa y máscara- los superhéroes son peores que sus enemigos. Y entonces, dice un estudio, perniciosos para los chicos. El ejemplo es Iron Man, ex soldado en Vietnam y en la Guerra del Golfo, obsesivo cumpulsivo, cafishio de mujeres. Y qué decir de Bruce Banner (Hulk), que con el paso del tiempo se fue convirtiendo en un ser cada vez más inestable emocionalmente. Una verdadera plaga. Por comisión u omisión, los superhéroes de antes y los de ahora están en tela de juicio. Simpáticas u odiosas mutaciones que ya no le caen bien a todo el mundo. Recórcholis, muchachos.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)
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