26 marzo 2016

A 40 años del golpe que apoyaron los "montos", el PC y la URSS

Videla y Fidel Castro, socios
en la dictadura argentina de 1976
Por Humberto Acciarressi

Las marchas de los 24 de marzo, en repudio al golpe militar que se extendió desde esa fecha de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983, se realizan cada vez menos racionalmente. El paso del tiempo, el desconocimiento de las nuevas generaciones y el relato inventado por Néstor y Cristina Kirchner que jamás -hasta el año 2.000- se refirieron a la dictadura y a su larga noche, transforman aquel hecho en una mera cuestión ideológica, que plantean un River-Boca que esconde la tragedia que envolvió a toda la sociedad argentina. Por ejemplo, hay que recordar que Raúl Alfonsín (co-fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos durante el gobierno de Isabel Perón y las matanzas de la Triple A) asumió luego de obtener casi el 52% de los votos, en elecciones sin balotaje, en su triunfo contra el peronismo que aplaudía la ley de autoanmistía realizada por los militares genocidas. 

Con su victoria, el radical dejó sin efecto esas normas pactadas por los comandantes y los sindicalistas peronistas, enunciada públicamente por el candidato justicialista Italo Luder. Y eso casi al mismo tiempo de ordenar -a cinco días de su asunción- la creación de la CONADEP (Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas), que fue la base del proceso y las condenas a los comandantes, hecho inédito en el mundo desde el Tribunal de Nüremberg. Sobre los hechos sucedidos durante la dictadura escribimos mil veces y en decenas de lugares. Salvo algunos dinosaurios nadie duda que fue uno de los tramos más trágicos de nuestra historia. Pero hay que recordar el papel de la sociedad civil. 

Por ejemplo, no es casual que cierto peronismo -cómplice de la fuerza otorgada a Videla y compañía con la firma de leyes y decretos previos al 24 de marzo- no haya combatido a los militares y sí al gobierno democrático de Alfonsín. Lo mismo ocurrió con Montoneros, que aceleró (es lo que buscaba) el golpe con el asalto al cuartel de Formosa, y luego en plena dictadura -antes de mandar a la muerte a sus soldados en ese chiste dramático llamado Contraofensiva- con sus encuentros en Paris con su "socio" en la junta militar, el almirante genocida Massera. Y, aunque en menor medida por su intrascendencia, los militantes del Partido Comunista argentino, socio en las sombras de los militares y archi críticos de Alfonsín cuando se acabó la dictadura.

Los padres de esos mismos que marchan por los 40 años del golpe, ahora mezclados como en bolsa con los ultra K (es decir, los desechos del kirchnerismo), tal vez no conozcan la verdadera historia. Es decir que ignoran que uno de los primeros apoyos internacionales de la dictadura militar fue el de Cuba, por orden de la URSS, hecho que los genocidas Videla, Agosti y Massera recompensaron no sumándose al boicot cerealero a la Unión Soviética. Pero también en el plano local, el Partido Comunista fue beneficiado por los genocidas (lo que no impidió que algunos de sus militantes, como el joven sindicalista Floreal Avellaneda o la estudiante Inés Ollero hayan sido secuestrados y salvajemente asesinados). Valga un ejemplo: el PC apenas fue suspendido "interinamente" y quedó fuera de las "leyes" 21.322, 21.323 y 21.325 que disolvieron los partidos políticos y las agrupaciones populares.

Para quien no lo sepa recordamos el comunicado del Partido Comunista argentino del 25 de marzo de 1976, un día después del comienzo de la tragedia. Decía así, bajo el título "Los comunistas y la nueva situación argentina": "Ayer, 24 de Marzo, las F.F.A.A. depusieron a la presidenta María E. Martínez, reemplazándola por una Junta Militar integrada por los comandantes de las tres armas. No fue un suceso inesperado. La situación había llegado a un límite extremo ´que agravia a la Nación y compromete su futuro´, como dice en uno de los comunicados de las F.F.A.A.". Y después de una serie de consideraciones aclaraba: "El PC considera auspicioso que la Junta Militar haya desechado una solución pinochetista". Si no fuera trágico, sería cómico. Hoy la URSS no existe, defensores de los "montos" y PC están juntos, pero la culpa la tiene Obama.
 
(Publicado en el diario "La Razón" de Buenos Aires)