Por Humberto Acciarressi
Es el ícono más notorio del arte callejero de todos los tiempos. Y a pesar de eso - como ocurre con Shakespeare o con ese conjunto de autores que escribieron la Illíada y la Odisea y todos llamamos Homero- casi nada puede decirse de Banksy, ya que esconde su identidad a la prensa en particular y a casi todo el mundo en general. Naturalmente hay teorías, como las de quienes aseguran que se llama Robert Banks o Robin Banks ("robbing banks" es "robando bancos" en inglés, por lo cual no sería extraña una broma mayúscula), lo cual nadie ha constatado jamás. Uno de los pocos que pudieron hacerle un reportaje fue Simon Hattenstone, del Guardian Unlimited, quien lo describió como "una mezcla entre Jimmy Nail y el rapero inglés Mike Skinner". En la actualidad se calcula que tiene unos cuarenta años y hasta un poco más, pero lo que es seguro es que su agente es Steve Lazarides. Hay que admitir, sin embargo, que todo puede formar parte de una tapadera de palabras.
Banksy, ya sabés, es famoso por haberse disfrazado en varias oportunidades para colgar obras suyas en algunos de los museos más célebres y protegidos del mundo. Se han subastado por sumas siderales muros de casas con piezas del graffitero, edita libros, le vende obras a Brad Pitt, y lo único que puede decirse con certeza es que sus cuadros circulan entre los ricos y sólo unos pocos conocen su cara. Hay que añadir, además, que el británico (o que dice serlo) hace unos años hizo una sociedad de un minuto y 44 segundos con el productor de los Simpson Al Jean y trabajó en el guión de la introducción de uno de los capítulos de los amarillos habitantes de Springfield. Por otro lado, el artista fue protagonista de uno de los episodios más curiosos: mientras sus obras salen a remate por centenares de miles de dólares y hasta son robadas de las paredes, en una oportunidad instaló un puesto en el Central Park de Nueva York, con cuadros "auténticos y firmados", y por desconfianza de la gente apenas recaudó 420 dólares (el negocio fue atendido por un anciano de remera de mangas cortas y camisa celeste).
Ahora, como suele ocurrir con la ciencia que en ocasiones se pasa de rosca en eso de quitarle misterio a la vida, un grupo de matemáticos británicos analizaron el recorrido de casi 150 obras del artista callejero, dedujeron los lugares por los cuales se mueve con mayor frecuencia (entre ellos un parque, un pub, un departamento en Bristol y tres residencias londinenses), y ese "perfil geográfico" dio un nombre, una nacionalidad y una edad. Robin Cunnungham, británico y 42 años es la conclusión a la que arribó la ciencia, no me preguntes cómo. Hay que recordar que ya hace casi una década este sujeto había sido señalado por el Daily Mail como un posible candidato a ser Banksy, con lo cual lo del estudio científico no logra entenderse demasiado. Los que defienden la investigación precisan que si uno googlea ambos nombres aparecen 43.500 respuestas, pero los expertos en seguridad y ciencias forenses afirman que el estudio no respeta ni los más mínimos estándares de la criminalística. En lo que a mí respecta, no estoy seguro de querer saber quién es el verdadero Banksy.
(Publicado en el diario "La Razón" de Buenos Aires)