Por Humberto Acciarressi
El tango, esa música que nació en los arrabales porteños e incluso en sus inicios fue prohibido por quienes lo consideraban prostibulario, en el transcurso del siglo XX se extendió por el mundo, gracias a nombres como Gardel, Canaro, De Caro, Troilo, Piazzolla, Pugliese, el Sexteto Tango, y tantos otros intérpretes. De Buenos Aires saltó al oriente, especialmente a Japón, a las naciones del norte africano, a casi toda Europa y a los países de América, e incluso en los Estados Unidos de la mano (o en los pies) de Rodolfo Valentino en tiempos del cine mudo. Así fue como el tango casi no necesitaba ser nombrado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (lo que ocurrió en 2009), un mero título que enorgullece pero no aporta demasiado más. Entre los países que siempre han tenido una conexión especial con el tango se encuentra Colombia, tierra del vallenato y sus múltiples y ricas variantes, que llamativamente fue-además- el lugar en dónde Carlos Gardel encontró su muerte en el accidente de aviación de Medellín, en 1935.
Precisamente en esa ciudad colombiana, en el 2008, se formó la Orquesta de Tango de Medellín, dirigida artística por el bandoneonista argentino Pablo Jaurena y con el padrinazgo de Raúl Garello y la dirección del violinista colombiano Sebastián Montoya. La misma descansa en el formato instrumental más característico del género: la orquesta típica. En ella, como se sabe, concluyen la composición, los arreglos, el solista y el grupo, el canto y la poesía, y naturalmente el baile. La Orquesta pertenece a la Red de Escuelas de Medellín, que no hace mucho presentó su primer disco, "Melancólico Medellín".
Jaurena señala al respecto que con ese grupo de chicos colombianos de entre 14 y 22 años, no sólo ejecutan sus instrumentos y los temas que abordan, sino que además se consustancian con los estilos orquestales tradicionales hasta llegar a las expresiones contemporáneas. En el mencionado disco, para dar un ejemplo, se recrean las orquestas del `40 y `50 a través de los arreglos originales de Troilo, Di Sarli, Pugliese, D’Arienzo, Salgán, Gobbi y Piazzolla.
El mismo Jaurena señala además que "el repertorio de este disco pretende mostrar un amplio panorama del tango en general y de nuestro trabajo en particular", como un homenaje a Colombia y a la ciudad de Medellín, y además que le gustaría que todos los jóvenes colombianos sientan cariño por el tango. Esa es la razón por la cual es de suma importancia en su tarea, el rescate histórico de los estilos tangueros más emblemáticos. Y además la revalorización de los grandes compositores y arregladores; las propuestas más vanguardistas y los compositores actuales. La idea de la Orquesta de Tango de Medellín, para obtener todo esto que señalamos, busca lograr un continuo y enriquecedor dialogo entre el pasado y el presente de esa música nuestra tan querida en Colombia, como en otras naciones del planeta.
(Publicado en el diario "La Razón" de Buenos Aires)
El mismo Jaurena señala además que "el repertorio de este disco pretende mostrar un amplio panorama del tango en general y de nuestro trabajo en particular", como un homenaje a Colombia y a la ciudad de Medellín, y además que le gustaría que todos los jóvenes colombianos sientan cariño por el tango. Esa es la razón por la cual es de suma importancia en su tarea, el rescate histórico de los estilos tangueros más emblemáticos. Y además la revalorización de los grandes compositores y arregladores; las propuestas más vanguardistas y los compositores actuales. La idea de la Orquesta de Tango de Medellín, para obtener todo esto que señalamos, busca lograr un continuo y enriquecedor dialogo entre el pasado y el presente de esa música nuestra tan querida en Colombia, como en otras naciones del planeta.
(Publicado en el diario "La Razón" de Buenos Aires)