12 junio 2015

La casa de Gran Hermano no es una embajada


Por Humberto Acciarressi

Como mucha más gente de la esperada sabe, Mariano Verón es uno de los integrantes de la actual edición del programa Gran Hermano. De entrada nomás, según me informan, fue vinculado sentimentalmente con Aníbal Pachano, cosa que no me consta ni me importa. Y aparentemente es uno de los "candidatos" de los periodistas de espectáculos y de los seguidores del reality. En sucesivas temporadas ya escribí lo que pienso sobre este programa con franquicias en todo el mundo, y acerca de quienes aceptan ser encerrados y observados hasta en el baño, a cambio de una fama efímera y tramposa. Allá ellos, o como señala el dicho, "cada loco con su tema". Sin embargo hay asuntos que no deben dejarse pasar así nomás. Y, en ocasiones, las andanzas de uno por las redes sociales lo ponen en contacto con cosas que meten miedo.

Mientras escribimos estas líneas, Twitter y Facebook son la caja de resonancia de una noticia vinculada con el tal Mariano. Parece que Jorge Rial llevó a un cordobés, Emanuel Colombero, quien denunció a Verón de haberle dado cheques sin fondos a cambio de una moto. Para colmo, estos fueron denunciados como robados, razón por la cual -según Marina Calabró - "el fiscal de Huinca Renancó, Córdoba, está pensando en llamarlo a declarar en días". Y si la cosa se le complica al sujeto de marras con una presunta asociación ilícita, el delito ni siquiera es excarcelable. Este paso de chorros, proxenetas, cabaruteras y dementes por Gran Hermano no es nuevo. Más bien es el escenario en el que eligen contarle al mundo lo "malos" y "rebeldes" que son o han sido. Pero, insisto, éste no es el asunto. Lo patético es que se ha entablado una pelea digital entre quienes dicen que si está en "la casa" la Justicia no puede sacarlo, y aquellos que tratan de desasnar a los defensores de Verón.

Pero si este asunto da escalofríos, peor es cuando uno escucha a periodistas darle a la "casa" la categoría de embajada, y se suman al argumento de la imposible intervención judicial, en este caso argentina ¿Están locos? Aún en el caso de que este tema esté guionado -cosa por la cual me inclino- hay que señalar que los escritores del argumento exageraron. Pero igual sirve para poner al descubierto que hay más cabezas de termo de los que uno suele sospechar. Hace unos días cayó la FIFA, de la que si algo puede decirse es que los afanos cometidos por ella en décadas no son un chiste ni de lejos. Como los futboleros saben, el organismo rector del fútbol internacional y sus sedes locales sostienen en sus estatutos que la Justicia carece de incumbencia en los temas internos. Ahora que se lo vayan a contar al FBI. Por las dudas, aclaramos que la casa de Gran Hermano no es una embajada (vale decir que no es suelo de otro país), y si el delito que dicen que cometió ese sujeto es verdadero, un juez puede librar una orden y su brazo ejecutor, la policía, puede llevarse tranquilamente al acusado. Si no causara risa, habría que llorar.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)