Por Humberto Acciarressi
Durante mucho tiempo -y aún se sigue haciendo- la gente se ha peleado por decidir quién puede ser designado como el "quinto beatle", como si cuatro no bastaran. Ni qué hablar que uno de los más calificados para ese puesto fue el también llamado "príncipe del pop", es decir el manager y empresario de los de Liverpool, Brian Epstein, y hasta no parece casual que a su muerte haya comenzado el desbande que culminó con la separación de los Fab Four. En contra de su postulación hay que decir que nunca interfirió con el proceso creativo de la banda que revolucionó el mundo de la música. En ese sentido parece más acertado hablar de George Martin, sin cuyos conocimientos técnicos, su excelente trabajo detrás de los controles, y su papel de director "sin batuta", los Beatles no habrían logrado algunas de sus maravillas o hubieran necesitado de otra persona con iguales artes. El primer baterista, Pete Best, y el percusionista y bajista Stu Sutcliffe fueron dos músicos que se quedaron en el camino, pero ni de lejos pueden aspirar al título de "quinto beatle".
Hay uno que, menos conocido, pudo -aunque vive, de manera que "puede"- aspirar a figurar por lo menos en la nómina. Se trata de Klaus Voormann, amigo de los Beatles desde los días de Hamburgo. Uno de los datos a tener en cuenta es que su corte de pelo fue el que inspiró a los integrantes de la banda y, por carácter transitivo, a millones en el mundo entero. Como bajista es muy bueno y no son pocos quienes escribieron que cuando Paul tenía discrepancias con el resto del grupo, Klaus era en quién primero pensaban los tres restantes para reemplazarlo (fue músico de sesión de Manfred Mann). Para quienes no lo saben, Voormann tocó el instrumento en algunos de los discos solistas de Lennon, de George y de Ringo, cuando la banda ya formaba parte de la historia del rock. Mucho más aún, cuando en 1970 se revolucionó el mundo con la separación de los Beatles, se barajó la idea de una formación integrada por John, George y Ringo, más Klaus y Billy Preston, antiguo colaborador musical del cuarteto. Esa agrupación que no fue iba a llamarse The Ladders.
Pero Klaus Voormann también es un excelente artista gráfico. Y en ese rubro realizó la célebre tapa del disco "Revolver" y dejó estampada su firma detrás del pelo de George, en el extremo inferior de la portada, sobre el costado derecho. Pete Shotton, en "John Lennon in my life", cuenta "John, Paul y yo nos pasamos una tarde seleccionando fotos e ilustraciones de los Beatles de una enorme pila de periódicos y revistas, de las que luego recortamos las caras y las pegamos juntas. Nuestra obra manual fue superpuesta más tarde, en sus propios dibujos, por Klaus Voormann". Esto ocurrió en la casa de Lennon, en Kenwood. El propio artista contó así el momento en que fueron a buscarlo para hacer el arte de tapa:"No tenía título, pero la mayoría de las canciones estaban siendo producidas en ese momento. Entonces fui a escucharlas. Y lo que oí fue impresionante, grandioso. Como todos los discos tenían muchos colores, elegí el blanco y negro. Después de varias pruebas decidí usar tinta y me puse a dibujar los rostros. Y les pedí muchas fotos de ellos para el collage". Esa portada, como curiosidad, fue la que más tarde ganaría el primer Grammy por este rubro en la historia. Nada menos.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)