08 mayo 2012

Un mundo de viejos borrachos y sanos


Por Humberto Acciarressi

Ya casi no van quedando argumentos contra los borrachines. Ahora, a todos los beneficios que le encontraron al vino, un grupo de científicos descubrió que el tinto (más concretamente la uva con la cual se produce) alarga la vida y estimula la buena salud y la energía. Dicho con todas las letras del estudio, el ingrediente llamado resveratrol tiene la facultad de reducir los efectos del envejecimiento. Cosa curiosa: los especialistas aún no descubren por qué se produce esto.

Durante varios años, en los laboratorios se llevaron a cabo estudios con lombrices, moscas y ratones. No te miento si confieso que pago por ver a cualquiera de estos animalejos con una curda de tango. No se especifica si crearon una nueva raza de ratones sanos y borrachos, o si las moscas y las lombrices tienen un futuro plagado de eternidades borgianas y curdas dignas del rey Salomón. Lo cierto es que la conclusión es que de aquí en más, en los bodegones de Buenos Aires habitan las superhombres del futuro.

Otra de las cosas que este descubrimiento pone en tela de juicio es la cantidad de guita que se gasta en tratamientos de rejuvenecimiento, cuando la cosa ni siquiera requiere un viejo vino tinto francés cosecha 1924, sino que puede arreglarse con un tetra comprado en el kiosko del barrio envuelto en papel madera. Me imagino el emporio de mujeres (y hombres) que hacen pactos con el Diablo para parecer unos años más jóvenes, caminando borrachos y felices por los canales de televisión.

Hay un pequeño problema. La Organización Mundial de la Salud calcula que el uso de alcohol causa unos 2,25 millones de muertes prematuras anualmente y es responsable del 4,5% de la carga global de enfermedades. Estas son las cosas que a uno lo confunden ¿A quién debemos hacerle caso? Es una buena oportunidad para reflexionar mientras se degusta una buena copa de un gran reserva, a la temperatura ideal de 17 grados. Y cualquier cosa, consultá a tu médico.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)