Por Humberto Acciarressi
No siempre Peter Gabriel es noticia. En realidad, en los últimos años lo fue pocas veces. Ahora el ex Génesis, un excéntrico en toda la línea, acaba de editar "Scratch my Back", un trabajo que reúne doce canciones grabadas con orquesta y voz, sin incluir guitarra ni batería por decisión propia, y un batallón de cincuenta músicos. Por cierto no le falta originalidad, si se considera que la canciones que recrea fueron escritas pensando en el clásico formato musical de guitarras y batería. Son versiones de Gabriel de canciones como "The Power of the Heart" de Lou Reed, "Mirrorball" de Elbow, "Listening Wind" de Talking Heads, "The Book Of L ove" de Magnetic Fields, "Street Spirit" de Radiohead o un épico arreglo de "My Body Is A Cage" de Arcade Fire.
Tipo raro este Peter Gabriel. Cuando hace casi una veintena de placas y muchos años se largó como solista, se le antojó que sus discos no debían tener nombre. Su sello discográfico le aguantó el capricho tres veces y, de facto, le puso "Security" al cuarto. Y lo obligó a nombrarlos de allí en más. Car, Scratch y Melt son los títulos que los más fans de sus seguidores le han puesto a los primeros innombrados.
Peter Gabriel, fundador de OD2 y co-fundador junto al legendario Brian Eno de MUDDA (que promueve la descarga de música por Internet sin sellos discográficos de por medio), en la década del ochenta fue un pionero en la fusión de músicas étnicas y los guiños a otras culturas musicales. Nada de eso se ha perdido en sus nuevas exploraciones del pentagrama. De todas maneras, los más nostálgicos recuerdan la "etapa Gabriel" de Génesis, esa que abarcó desde "Crimen en la guardería" (tercer álbum de la banda y primero con la formación de Peter Gabriel, Tony Banks, Mike Rutherford, Phil Collins y Steve Hackett), hasta "El cordero se acuesta en Broadway", de 1974, meses antes de dejar el grupo por motivos personales.
Peter Gabriel nació el 13 de febrero de 1950 en Surrey, Inglaterra, lo que equivale a decir que ya tiene 60 años. De esas seis décadas, la mayoría las dedicó a la música y a otras búsquedas estéticas. En sus tiempos solistas tuvo una suerte bastante desigual. Su tope fue, sin duda, el disco "So", de 1986. "Us", de seis años más tarde, no estuvo a la altura del anterior y fue tratado bastante mal por la crítica. Algunas bandas sonoras para el cine -entre ellas "Passion", para "La Última Tentación de Cristo" de Martin Scorsese- se mezclaron con sus investigaciones de antropología cultural y sus peleas por los derechos humanos.
En su condición militante, Gabriel se ha destacado por sus campañas por los desposeídos y los perseguidos del mundo (los argentinos podemos recordar los conciertos de Amnistía Internacional de 1988). Aunque algunas de las causas que defiende son, por lo menos, un tanto pintorescas: ahora anda batallando para que se reconozcan a los monos, derechos similares a los que tienen los hombres. De hecho, en una ocasión tocó acompañado de un simio llamado Kanzi. Obviamente no fue lo más destacado de su larga carrera.
(Publicado en La Razón, de Buenos Aires)
No siempre Peter Gabriel es noticia. En realidad, en los últimos años lo fue pocas veces. Ahora el ex Génesis, un excéntrico en toda la línea, acaba de editar "Scratch my Back", un trabajo que reúne doce canciones grabadas con orquesta y voz, sin incluir guitarra ni batería por decisión propia, y un batallón de cincuenta músicos. Por cierto no le falta originalidad, si se considera que la canciones que recrea fueron escritas pensando en el clásico formato musical de guitarras y batería. Son versiones de Gabriel de canciones como "The Power of the Heart" de Lou Reed, "Mirrorball" de Elbow, "Listening Wind" de Talking Heads, "The Book Of L ove" de Magnetic Fields, "Street Spirit" de Radiohead o un épico arreglo de "My Body Is A Cage" de Arcade Fire.
Tipo raro este Peter Gabriel. Cuando hace casi una veintena de placas y muchos años se largó como solista, se le antojó que sus discos no debían tener nombre. Su sello discográfico le aguantó el capricho tres veces y, de facto, le puso "Security" al cuarto. Y lo obligó a nombrarlos de allí en más. Car, Scratch y Melt son los títulos que los más fans de sus seguidores le han puesto a los primeros innombrados.
Peter Gabriel, fundador de OD2 y co-fundador junto al legendario Brian Eno de MUDDA (que promueve la descarga de música por Internet sin sellos discográficos de por medio), en la década del ochenta fue un pionero en la fusión de músicas étnicas y los guiños a otras culturas musicales. Nada de eso se ha perdido en sus nuevas exploraciones del pentagrama. De todas maneras, los más nostálgicos recuerdan la "etapa Gabriel" de Génesis, esa que abarcó desde "Crimen en la guardería" (tercer álbum de la banda y primero con la formación de Peter Gabriel, Tony Banks, Mike Rutherford, Phil Collins y Steve Hackett), hasta "El cordero se acuesta en Broadway", de 1974, meses antes de dejar el grupo por motivos personales.
Peter Gabriel nació el 13 de febrero de 1950 en Surrey, Inglaterra, lo que equivale a decir que ya tiene 60 años. De esas seis décadas, la mayoría las dedicó a la música y a otras búsquedas estéticas. En sus tiempos solistas tuvo una suerte bastante desigual. Su tope fue, sin duda, el disco "So", de 1986. "Us", de seis años más tarde, no estuvo a la altura del anterior y fue tratado bastante mal por la crítica. Algunas bandas sonoras para el cine -entre ellas "Passion", para "La Última Tentación de Cristo" de Martin Scorsese- se mezclaron con sus investigaciones de antropología cultural y sus peleas por los derechos humanos.
En su condición militante, Gabriel se ha destacado por sus campañas por los desposeídos y los perseguidos del mundo (los argentinos podemos recordar los conciertos de Amnistía Internacional de 1988). Aunque algunas de las causas que defiende son, por lo menos, un tanto pintorescas: ahora anda batallando para que se reconozcan a los monos, derechos similares a los que tienen los hombres. De hecho, en una ocasión tocó acompañado de un simio llamado Kanzi. Obviamente no fue lo más destacado de su larga carrera.
(Publicado en La Razón, de Buenos Aires)