17 abril 2009

Acariciame de 4 a 5 cm por segundo


Por Humberto Acciarressi

Tomate el tiempo que quieras, elegí el lugar y la extensión que estás dispuesto a recorrer, pero nunca vayas a más de 4 a 5 centímetros por segundo. No se trata del consejo de tortuga/mamá a tortuga/hija, ni una ecuación que haga temblar los cimientos de las matemáticas. No. La cuestión es más compleja. Esa es la fórmula que la ciencia atribuye a la "caricia perfecta", la que causa éxtasis ilimitado y abre la puerta, como diría Federico Moura, a otras superficies de placer.

Esa es la conclusión a la que llegaron científicos estadounidenses y suecos, que estudiaron las respuestas nerviosas de veinte antebrazos de igual número de voluntarios. Ojo: vaya más rápido o más despacio, y la caricia deja de ser perfecta. Inocua en el mejor de los casos, o insoportable, si la misma alcanza la velocidad del masaje. Por supuesto no cuenta lo que aquí denominaremos el "golpecito en la cabeza del perro", toc-toc que algunos insensibles confunden con una caricia mientras el acariciado se siente un caniche.

Es cierto que no se puede, por ejemplo, estar manteniendo un encuentro amoroso con un cronómetro en una mano y un calibre en la otra (porque a menos que sea un pulpo, no le quedan manos para la caricia). También es riesgoso ensayar con otra persona, y por supuesto es más peligroso hacerlo con un maniquí, que no siente nada y puede provocarle adicción. Igual no se preocupe demasiado: para el que no sabe acariciar, no hay ciencia que valga.

(Publicado en "La columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)