Durante varios años, como tantas otras miles de personas,
estaba convencido de que Ignacio Copani había muerto o ya no componía, lo cual no le agregaba ni quitaba nada a la cultura argentina. Después, cuando el kirchnerismo comenzó a coptar con fortunas a artistas y pseudo-artistas, que gracias a eso ligaron recitales multimillonarios o espectáculos con sueldos de Hollywood, Copani volvió a aparecer. No se la iba a perder este perdedor nato. Claro que favor con favor se paga, y,
como le sucede a todos los mediocres, cree que él está en el mismo nivel que sus patrones de ocasión. Y para quedar bien con sus amos, por ser más papista que el Papa, este lamentable guitarrero no tuvo mejor idea que poner en su cuenta Twitter el mensaje que antecede a estas líneas. Como lo putearon en todos los idiomas, este pseudo-popular hizo lo que hacen los aristócratas: le puso un candado a su cuenta.
Un pobre tipo que aprovecha lo poco que le queda.
