Por Humberto Acciarressi
Si sentís que la cabeza te da más vueltas que un tímido antes de invitar a tomar un helado a la prima, las piernas andan varios metros delante tuyo, los ojos se te caen, la gente te irrita al punto de ansiar una invasión de marcianos que culmine exitosamente, y cualquier ruidito lleva tu mano hacia un objeto contundente con cualidades dignas de aplastar un cráneo, quiere decir que estás estresado. Puede significar que seas un psicótico, pero esa es otra cuestión.
Al grano: tenés que desestresarte urgente antes de terminar mirando las luces del techo en una sala de terapia intensiva. Aunque cuidado. Lo que hasta ayer era un remedio, ahora puede incrementar el síntoma. Descanso, una playa caribeña, unos martinis, lectura, cada cual tiene su método. Pero nada de mujeres lindas. No grites ni amenaces al mensajero: lo dice la ciencia.
Ante una mujer atractiva, a los hombres nos aumenta el nivel de la hormona del estrés, el cortisol, "que nos prepara para la acción" (frase de un reciente estudio escrita por un tipo que mientras guiñaba un ojo). Por ejemplo, si estás rodeado por un grupo de chicas, ponele atención a la más fulera del lote, a menos que quieras que tu nivel de estrés se dispare hacia las nubes. El estudio de marras se realizó en salas de espera. Frente a esto, ¿no es peligroso que haya mujeres lindas esperando al médico donde se encuentra el pobre estresado? Hay cosas que no terminan de cerrar. Por eso, ante cualquier duda consultá a tu médico.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)