Tenía que ser argentino. Nunca se sabe si hacemos las cosas en serio o las hacemos en joda. Por eso el mundo está lleno de científicos y técnicos argentinos de primer orden, ganamos premios Nobel y cada tanto nos enteramos que el inventor de (ponele lo que quieras) es un compatriota. En lo que a mi respecta, prefiero hacerlas en joda, que es como mejor salen las cosas serias. Y me gustaría que Agustin Cirino, el cordobés que estuvo 25 años trabajando en su invento, el Gloster, un auto redondo para recorrer la Luna, apuntara para ese lado. El hombre tiene 80 años y en los últimos tiempos se le sumó al proyecto un técnico en electrónica, Ezequiel Rabaglino, que confía en el instinto de su maestro. De una forma u otra, sea en serio o en joda, ojalá se le cumplan los sueños. Gracias a gente como Cirino y su amigo, este mundo es más transitable.