Por Humberto Acciarressi
Rodrigo Dominguez es uno de los mejores saxofonistas y clarinetistas de su generación. Entre sus logros, naturalmente, hay que recordar que fue miembro fundador del Quinteto Urbano. Y acaba de editar su quinto disco, "Limón", al frente de un cuarteto que completan Ernesto Jodos en piano, Jerónimo Carmona en contrabajo y Carto Brandán en batería. Es un CD estupendo, con todos temas suyos (nueve en total), ideado para quienes componen la agrupación y la interacción entre ellos. Este viernes a las 22, en Virasoro Bar ( Guatemala 4328), Dominguez estará realizando la última presentación de la placa en este año que concluye. Con este motivo compartimos con él una charla, es uno de cuyos pasajes más importantes nos señala que buscó articular la parte escrita con la improvisación, con el objetivo que las mismas se superpongan a veces y se entrecrucen en otras.
Rodrigo se pregunta qué tendrá la palabra "Limón" que le da nombre al disco, ya que a la gente le llama la atención. El concluye que a él le pareció "un título fuerte, que además es el nombre de un tema" y añade: "Se me impuso, me apareció, no lo busqué. No tengo motivos, pero podría decir que es una fruta maravillosa, ácida al gusto, pero que alcaliniza la sangre, y realza el sabor de todo lo que toca". Esta definición frutal de su CD fue seguida de un recuento desde su primer disco solista, "Tonal" de 2003, en la escena jazzística local ¿Qué diferencia encuentra, en lo musical, a doce años. "Algunas de las ideas expuestas en Tonal siguen interesándome mucho, y siguen apareciendo en mis discos, y éste no es la excepción", nos dice
En el mismo sentido añade: "La exploración de diferentes formas de entretejer lo escrito y lo improvisado, los ritmos y algunos giros melódicos autóctonos, y una cierta arqueología personal, son puntos en común. Una mayor madurez técnica y experiencia en muchos aspectos (no sólo musicales), un sonido más depurado, y una mayor coherencia a nivel lenguaje, me parecen cosas que han evolucionado. Y desde lo grupal, la escena ha crecido muchísimo, y he tenido la oportunidad de tocar con tantos músicos de varias generaciones distintas, con tanta información y talento, que sin dudas eso aportó tremendamente en mi apreciación y acervo musical".
¿Entiende Domínguez que el jazz es música "para entendidos" como algunos pretenden? La respuesta es contundente: "Nah. Cualquiera puede disfrutarlo. Eso es un mito. Lo que pasa es que tenemos los oídos un poco acostumbrados a otras sonoridades, y entonces lo ´diferente´ siempre se siente incómodo al principio. Pero si nos quedamos siempre en nuestra zona de confort, no avanzamos. He tocado en muchos lugares, con distintas situaciones socioculturales, y la gente siempre disfruta la música. Esto es especialmente cierto para los conciertos en vivo, donde la gente percibe la energía, la entrega del músico, incluso a través del posible prejuicio o de un lenguaje de alto nivel de abstracción". Para concluir señala que si bien le encanta tener sus proyectos personales y cultivarlos con entusiasmo, no concibe "no estar conectados con otros en lo musical". Eso es clarísimo en el disco que se podrá escuchar en vivo, este viernes en Virasoro.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)
Rodrigo Dominguez es uno de los mejores saxofonistas y clarinetistas de su generación. Entre sus logros, naturalmente, hay que recordar que fue miembro fundador del Quinteto Urbano. Y acaba de editar su quinto disco, "Limón", al frente de un cuarteto que completan Ernesto Jodos en piano, Jerónimo Carmona en contrabajo y Carto Brandán en batería. Es un CD estupendo, con todos temas suyos (nueve en total), ideado para quienes componen la agrupación y la interacción entre ellos. Este viernes a las 22, en Virasoro Bar ( Guatemala 4328), Dominguez estará realizando la última presentación de la placa en este año que concluye. Con este motivo compartimos con él una charla, es uno de cuyos pasajes más importantes nos señala que buscó articular la parte escrita con la improvisación, con el objetivo que las mismas se superpongan a veces y se entrecrucen en otras.
Rodrigo se pregunta qué tendrá la palabra "Limón" que le da nombre al disco, ya que a la gente le llama la atención. El concluye que a él le pareció "un título fuerte, que además es el nombre de un tema" y añade: "Se me impuso, me apareció, no lo busqué. No tengo motivos, pero podría decir que es una fruta maravillosa, ácida al gusto, pero que alcaliniza la sangre, y realza el sabor de todo lo que toca". Esta definición frutal de su CD fue seguida de un recuento desde su primer disco solista, "Tonal" de 2003, en la escena jazzística local ¿Qué diferencia encuentra, en lo musical, a doce años. "Algunas de las ideas expuestas en Tonal siguen interesándome mucho, y siguen apareciendo en mis discos, y éste no es la excepción", nos dice
En el mismo sentido añade: "La exploración de diferentes formas de entretejer lo escrito y lo improvisado, los ritmos y algunos giros melódicos autóctonos, y una cierta arqueología personal, son puntos en común. Una mayor madurez técnica y experiencia en muchos aspectos (no sólo musicales), un sonido más depurado, y una mayor coherencia a nivel lenguaje, me parecen cosas que han evolucionado. Y desde lo grupal, la escena ha crecido muchísimo, y he tenido la oportunidad de tocar con tantos músicos de varias generaciones distintas, con tanta información y talento, que sin dudas eso aportó tremendamente en mi apreciación y acervo musical".
¿Entiende Domínguez que el jazz es música "para entendidos" como algunos pretenden? La respuesta es contundente: "Nah. Cualquiera puede disfrutarlo. Eso es un mito. Lo que pasa es que tenemos los oídos un poco acostumbrados a otras sonoridades, y entonces lo ´diferente´ siempre se siente incómodo al principio. Pero si nos quedamos siempre en nuestra zona de confort, no avanzamos. He tocado en muchos lugares, con distintas situaciones socioculturales, y la gente siempre disfruta la música. Esto es especialmente cierto para los conciertos en vivo, donde la gente percibe la energía, la entrega del músico, incluso a través del posible prejuicio o de un lenguaje de alto nivel de abstracción". Para concluir señala que si bien le encanta tener sus proyectos personales y cultivarlos con entusiasmo, no concibe "no estar conectados con otros en lo musical". Eso es clarísimo en el disco que se podrá escuchar en vivo, este viernes en Virasoro.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)