Por Humberto Acciarressi
Antes de avanzar aclaremos que no se trata de un personaje de García Márquez ni de otro cultor del realismo mágico latinoamericano. Aunque parece. De hecho, son varios los misterios que rodean la vida de Cleto, el gallo que pone huevos en una chacra ubicada entre Tartagal y Mosconi, en Salta. De arranque nomás, tenemos su pinta de gallo de riña con la cresta rojiza en su cabeza que utiliza como símbolo de dominación. Eso, en lenguaje gallináceo significaría algo así como que se trata de un ave machista. Los lugareños afirman, incluso, que nunca lo hubieran pensado de él, ya que en riñas de aves tiene varias peleas en su haber, sin ninguna perdida.
Caso contrario habría que consignar que es el primer gallo travesti del que se tiene registro. Pero aún así, no se explican los huevos que pone. Y no hace falta aclarar que los veterinarios, a pedido de sus dueños, ya han dado su veredicto: es un gallo hecho y derecho.
Todo era raro, muy raro, hasta que alguien hizo correr la bola que la aparición de Cleto y sus prodigios eran el preanuncio del apocalipsis. Allí sí que se armó la podrida. "Por el Norte se han visto muchas cosas, pero nunca un gallo poniendo huevos", especulaba un paisano que encabezaba una masiva charla sobre qué hacer con el animal. Incluso su dueña Gladys Paredes pensó en sacrificarlo por considerarlo de mal agüero. La intervención de su marido, Horacio Arias, le salvó la vida al pobre bicho. No se descarta que le provoque algo de vergüenza que su gallo ganador de tantas peleas, cuando está solo se dedique a poner huevos. También entre los animales hay reglas muy machistas.
La ciencia, por su lado, sostiene que podría tratarse de algún extraño problema hormonal. Frente a esto, una vecina de Tartagal, amiga de los hechizos y el esoterismo, se enoja: "Un gallo bien gallo, no pone huevos. Esto es un absurdo", expresa enojada. Y vuelve a instalar el tema de la vinculación del hecho con el anuncio del fin del mundo, que como sabés (¿?) será en el 2012.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)