Cansados de limpiar las marcas de lápiz labial que las mujeres dejaban en el mausoleo del escritor irlandés Oscar Wilde, en el cementerio parisino de Père Lachaise, decidieron proteger la sepultura con una urna de cristal de dos metros de alto. La nueva tumba, inaugurada en coincidencia con el 111° aniversario de la muerte del escritor, estaba llena de marcas de besos que dejaban las mujeres que la visitaban.
Además, el mausoleo coronado por la escultura de un angel de Jacob Epstein solía aparecer cubierto de "grafittis", que debilitaban la piedra y obligaban a limpiarla muy seguido. Los trabajos de limpieza de la tumba, financiados por la comunidad irlandesa, comenzaron en septiembre del año pasado. A pesar de que existía una multa de hasta 12.000 dólares para quien besara la tumba, las admiradoras no paraban de dejar sus marcas con lápiz labial sobre la piedra. Pintarse los labios y dejarle un beso al escritor ya se había convertido en una tradición de los visitantes.