Por Humberto Acciarressi
Los chinos, todos lo saben, son los inventores de algunas de las cosas más famosas de la historia, entre ellas la pólvora. Y claro, con tantos millones de habitantes siempre hay algunos geniales, con lo cual, simplemente por estadística, tienen su lógica tantos inventos chinos. Pero en el reino de los descubrimientos y la genialidades, se acaba de inventar la cosa más estúpida del universo. Y me hago cargo de lo que digo y espero, con esto, no ser víctima de la mafia china.
Te cuento. Las autoridades de Correos del coloso asiático acaban de lanzar un programa con un extraño objetivo: evitar el número de divorcios, que cada vez es más alto. Leé bien porque es mundial. A las parejas de recién casados se les da la oportunidad de escribir una carta de amor, que será enviada siete años después de la boda. Obviamente, el comunismo chino se comió como un sandwich de matambre y queso el tema hollywoodense de "La comezón del séptimo año".
¿Y cuál es el sentido de esta carta? Que cuando los integrantes del matrimonio lleguen al año siete, el correo les mandará la misiva y allí estarán escritas las cosas que despertaron la pasión en el momento de la boda. Te juro que estupidez más grande hace rato que no leía ¿Quién garantiza que el matrimonio llegue al séptimo año?, ¿quién puede asegurar que antes de la fecha, uno no mató al otro?, ¿o en el mejor de los casos, que no se separaron unos meses antes? Nadie. Es uno de los tantos cuentos chinos. Y como si fuera poco, cada no sé cuánto, los cónyuges tienen que pasar por el corrreo y firmar un llamado Pasaporte del Amor. Es increíble como los chinos saltaron de Karl Marx a Corin Tellado casi sin darse cuenta. O además de soja le dan al vino que da miedo.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)