Por Humberto Acciarressi
Hay muchas frases que a uno le gustaría escuchar. Por ejemplo: "El gobernador le conmutó la pena", si ya te está corriendo la bolita de mercurio por la sangre, podría ser un clásico. O "le dije cinco años de tratamiento, no cinco minutos de vida", manifestada por un médico a su paciente, no es menor. "No se preocupe, no es rabioso", escuchada mientras tenés un perro colgado por los dientes de tu brazo y con ganas de pasar a la yugular, no es muy convincente. Sin embargo hay una frase que puebla con entusiasmo la vida y el arte. Apenas consta de dos vocablos, pero de una contundencia abrumadora para quién la dice y para quién la recibe: "Te amo" (yo a vos no lector; esa es la frase).
El asunto es que, contrariamente a quienes dicen que los hombres "sólo pensamos en eso (ridículo eufemismo por el acto sexual)", en verdad es que somos quienes pronuncian más rápidamente la frase de marras. Lo decimos a los siete meses, mientras que ellas tardan un mes más. Por lo menos así lo revela (¡¡..!!) un estudio pedido por la revista inglesa Stella. Lo más lindo es que los investigadores (ustedes perdonarán, pero de alguna forma hay que llamarlos) señalan que las mujeres se toman 30 días más que sus parejas porque son realistas y menos apegadas a las emociones. Pero muchos sociólogos dicen que hay casos de mujeres que presionan a sus hombres a decirles "te amo". En fin: basta de cháchara bizarra. Dejá fluir las dos palabras mágicas. Y si fallan, siempre nos quedará Paris.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)
Hay muchas frases que a uno le gustaría escuchar. Por ejemplo: "El gobernador le conmutó la pena", si ya te está corriendo la bolita de mercurio por la sangre, podría ser un clásico. O "le dije cinco años de tratamiento, no cinco minutos de vida", manifestada por un médico a su paciente, no es menor. "No se preocupe, no es rabioso", escuchada mientras tenés un perro colgado por los dientes de tu brazo y con ganas de pasar a la yugular, no es muy convincente. Sin embargo hay una frase que puebla con entusiasmo la vida y el arte. Apenas consta de dos vocablos, pero de una contundencia abrumadora para quién la dice y para quién la recibe: "Te amo" (yo a vos no lector; esa es la frase).
El asunto es que, contrariamente a quienes dicen que los hombres "sólo pensamos en eso (ridículo eufemismo por el acto sexual)", en verdad es que somos quienes pronuncian más rápidamente la frase de marras. Lo decimos a los siete meses, mientras que ellas tardan un mes más. Por lo menos así lo revela (¡¡..!!) un estudio pedido por la revista inglesa Stella. Lo más lindo es que los investigadores (ustedes perdonarán, pero de alguna forma hay que llamarlos) señalan que las mujeres se toman 30 días más que sus parejas porque son realistas y menos apegadas a las emociones. Pero muchos sociólogos dicen que hay casos de mujeres que presionan a sus hombres a decirles "te amo". En fin: basta de cháchara bizarra. Dejá fluir las dos palabras mágicas. Y si fallan, siempre nos quedará Paris.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)