Una publicidad de 1919 en "Photoplay Magazine", con muñecas que representan a la actriz Norma Talmadge y algunos de sus trajes cinematográficos.
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03 mayo 2011
02 mayo 2011
Nancy Fouts y su arte que muerde

La artista estadounidense Nancy Fouts sorprende en estos días a Londres con una muestra de objetos "reinventados". La artista estadounidense es una creadora que experimenta desde una óptica surrealista, invierte el sentido natural de los objetos o directamente lo suprime. Así genera piezas inexplicables y por momentos siniestras. La exposición, presentada como "Arte que muerde", provoca en el público y la crítica reacciones dispares, aunque todos reconocen su talento y originalidad.



Cine porno en 3D bate récords en China

En Hong Kong, como en casi todas las ciudades asiáticas, también creían que era imposible batir el récord de público que alcanzó "Avatar". Sin embargo, "Sex and Zen: Extreme Ecstasy" (se basa en una obra literaria erótica china del siglo XVII), la primera porno 3D de la historia, recaudó 2,2 millones de dólares en tan sólo un fin de semana. El film cuenta la historia de dos jóvenes, Wei y Tie, que se enamoran y luego se casan. Los problemas vienen cuando la esposa descubre que su marido es malo en la cama y además tiene un miembro viril poco proporcionado. Para ganar experiencia sexual, Wei comienza a frecuentar las orgías de la caverna del príncipe Ning donde encuentra lo que necesita para satisfacer a su mujer en su lecho nupcial. ¡Mirá vos a los chinitos!

Esa sana costumbre, la Feria del Libro
Por Humberto Acciarressi
Es difícil decir algo nuevo sobre la Feria del Libro. Le ocurre a todos quienes están vinculados a ella de una manera u otra. Días atrás, un editor comentaba esto con uno de sus autores. Y es cierto. La antiquísima polémica sobre una muestra académica y otra popular (con shows, entretenimientos, música y fiesta), ya quedó definitivamente saldada a favor de la última. El que quiera únicamente libros, que vaya cualquier día del año a la calle Corrientes (especialmente si busca viejos títulos) o a alguna de las centenares de librerías de las que nuestra ciudad muestra orgullosa y que han hecho decir a Vargas Llosa que esa sería una de las razones por las cuales se instalaría en Buenos Aires.
Si uno va a la megamuestra que se realiza en la Rural, si integra el casi millón cien mil visitantes que la recorren por año, sabe que va a otra cosa. Los escritores para ver a su público, la gente a sus autores preferidos, y los libreros y editores para verificar como ese encuentro se transforma en ventas. Claro que eso no es todo. Hay cosas lindas y cosas desagradables. Entre las últimas, tener que entrar con un termo con café y un paquete de galletitas, porque es voz unánime (entre trabajadores de la muestra y público) que comer un alfajor en los buffets de la exposición es el equivalente a comprar un lingote de oro en Wall Street.
Naturalmente, las cosas buenas son inmensamente favorables. Desde las conferencias y las mesas redondas de escitores y especialistas, el acceso del público porteño a las obras escritas en las provincias, el conocimiento de mucha gente de las editoriales más pequeñas pero con grandes obras y autores, encuentros como el VI Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de Buenos Aires e infinidad de sucesos protagonizados por los actores de la elaboración de un libro. La Feria es color, sonido, olores, tacto. No debe ser abordada sólo desde el intelecto. Así se corre el riesgo de perderse lo mejor en el intento. Tampoco es cierto que no produce lectores. Ese es un lugar común, y de muy difícil comprobación. Centenares de chicos (que llegan con sus padres o con sus escuelas) tienen sus primeros encuentros con el libro en ese ámbito privilegiado. Desde Vargas Llosa hasta sus enardecidos críticos, desde los temas políticos a los estrictamente estéticos, nada de lo humano le es ajeno a la muestra más popular de la Argentina.
(Publicado en La Razón, de Buenos Aires)
#Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2011
01 mayo 2011
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