" (...)Una ciudad es, hablando con propiedad, aún más poética que un paisaje campestre, pues mientras que la Naturaleza es un caos de fuerzas inconcientes, una ciudad es un caos de fuerzas concientes. La cresta de una flor o el diseño de un liquen pueden ser o no símbolos significativos. Pero no hay piedra en la calle ni ladrillo en la pared que no sea en realidad un símbolo deliberado -un mensaje de algún hombre, tanto como si fuera un telegrama o una tarjeta postal. La calle más estrecha posee, en cada vuelta y revuelta de su intención, el alma del hombre que la construyó (...) "
G.K.Chesterton