Alguien, desde un helicóptero, les tomó unas fotos a cinco indígenas rodeados de selva, ya sea el Amazonas, una reserva ecológica o un estudio de grabación. Nadie lo sabe, ya que quienes presentan el documento advierten que no dirán donde se encuentran, para evitar que el hombre blanco y su “maldita” civilización invada el paradisíaco edén en el que viven estos sujetos.
Lo que se ve no demuestra que estén demasiado mal, aunque llama la atención que quienes tienen el primer encuentro cercano con seres con máquinas voladoras y extrañas, tengan expresiones tan exentas de temor. Aunque el más chico, por las dudas, blande un machete. No faltará quien sugiera que el arma parece de plástico e incluso que son extras perdidos en los tiempos en que se filmó "La Misión", o cuando Herzog dirigió "Aguirre la ira de Dios" o "Fitzcarraldo". Gente mal pensada.
Lo que sí es verdad es que el gobierno peruano niega la existencia de una tribu desconocida, mientras que Brasil dice que no la tenía registrada. Ahora bien, ¿se la puede denominar tribu? Porque las fotos muestran una familia tipo y nada más. Ahora, ante el temor de que nosotros los blancos los contaminemos, se utilizarán esas imágenes para hacer una campaña para preservar el hábitat en cuestión. Y sin embargo hay algo que no cierra ¿qué es lo que van a proteger si no dicen dónde se encuentran esas personas a quienes sólo les falta saludar con una banderita? Misterio y más misterio.
(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)