El fenómeno, que en Buenos Aires es viejísimo, ahora se conoce en el mundo como "Shoefiti" (mezcla de "shoes" y "grafitti") y hasta se lo considera una forma vanguardista del arte. No es, evidentemente, el caso de Cromañón, que por la cantidad de muertos (194) multiplicó hasta el infinito el símbolo de la zapatillas colgadas, la mayoría de las veces deshilachadas, como una estela personal de cada una de las víctimas. Hay quienes creen que el lanzar las zapatillas al cielo, es una manera de garantizar que el espíritu pueda volver a caminar allí donde se encuentre. A mí no me desagrada esta explicación, aunque eso no significa que sea cierta.
La aparición de zapatillas colgada en films como "Wag the Dog" (Robert de Niro y Dustin Hoffmann) o "Big Fish" (Tim Burton) le añade algo de poesía al asunto. Pero el amigo Edd -a quien saludo con un abrazo- me dejó pensando y en breve voy a añadirle algunas reflexiones a este asunto.