En Inglaterra, los habitantes son cada vez más propensos a la medicación excesiva...de sus mascotas. No paran de darles antidepresivos y tranquilizantes. Romain Pizzi, un veterinario del Royal College experto en vida silvestre, sostiene que los más afectados son los loros, que aparentemente son muy sensibles e inteligentes. Pero también los perros y los gatos sufren severos cuadros depresivos. Aparentemente, se debe a que cuando sus dueños se van a trabajar, les agarra el bajón. Pero toda historia tiene una enseñanza. El veterinario Mark Johnson ha recordado a los dueños que... "un perro no puede sentarse en un sofá y discutir sus preocupaciones" ¿Noooooooooooooo? En cualquier momento nos dicen que los Reyes son los padres.
