"La suposición de que es la necesidad de los niños la que determina el carácter de los juguetes es un gran error. ¿Quién da a los niños los juguetes sino los adultos? Un autor comete el desatino de explicar el sonajero del bebé diciendo que "por regla general, el oído es el primero de los sentidos que pide ocuparse...". Desde los tiempos más remotos, el sonajero o matraca ha sido un instrumento para ahuyentar a los malos espíritus y precisamente por eso se le da al recién nacido. No pocos de los juguetes antiguos (pelotas, aros, molinetes de plumas, barriletes) le habrán sido impuestos a los niños, por decirlo así, como enseres de culto, que sólo más tarde se transformaron en juguetes. Gracias a la fuerza con que afectaban la imaginación, se prestaban por cierto a ello"
Walter Benjamin
(escrito en 1928)