"(...) Supongo que es imposible entrar en la soledad de otro. Sólo podemos conocer un poco a otro ser humano, si es que esto es posible, en la medida en que él se quiera dar a conocer. Un hombre dirá ´tengo frío´, o temblará, y de cualquiera de las dos formas sabremos que tiene frío. Pero, ¿qué pasa con el hombre que ni dice nada ni tiembla? Cuando alguien es inescrutable, cuando es hermético y evasivo, uno no puede hacer otra cosa que observar; pero de ahi a sacar algo en limpio de lo que observa hay un gran trecho (...) "
Paul Auster
("La invención de la soledad")