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25 mayo 2012

Lo que faltaba: hologramas en los aeropuertos


Por Humberto Acciarressi

Salvo a algún tímido irrecuperable, no conozco a nadie que no se sienta molesto cuando llama a una empresa de servicios, a una compañía del rubro que se te ocurra, a un ente regulador, y te atiende la monótona y odiada voz de una máquina. Invento siniestro que aleja cada vez más a la gente entre sí y mantiene cómodos a quienes se ahorran muchas quejas. Ahora, para agravar las cosas, en los tres principales aeropuertos de Nueva York te atenderán hologramas, avatares programados para dejarte tranquilo.

Esto que parece extraído de la más refinada ciencia ficción ni siquiera es nuevo. Francia ya experimentó con estas imágenes virtuales que sonríen las 24 horas del día como idiotas consumados. AVA -tal el nombre del holograma, que significa Asistente Virtual de Aeropuerto- es una hermosa "mujer" programada para darte todos los datos que necesitás. Hay que ver si es capaz de resolver cosas que no están en su memoria, sin tener un enano detrás del mostrador para ayudarla.

AVA puede hablar decenas de idiomas y hubiera sido la compañera ideal para Tom Hanks en "La Terminal". Pero pasada la sensación del primer momento, puede parecer bastante imbécil. Vos vas con un problema, por ejemplo que se te perdió el nene en la zona de equipajes, y una mujer con una sonrisa de oreja a oreja te dice: "Estimado pasajero, el área que usted busca se encuentra en el ala oeste del aeropuerto. Espero que pase un hermoso día". Mientras no esté penado el homicidio de hologramas, no hay problemas.

Tampoco me quiero imaginar el lío que se armará en julio, cuando los avatares entren en acción en los tres principales aeropuertos de Nueva York. Por si no lo sabés, por ellos pasan más de cien millones de pasajeros al año. Recemos para que a ninguno le entre un virus y le hable en chino a un inglés de pocas pulgas o mande al baño de mujeres a un tipo con sus necesidades básicas insatisfechas. Quien ha leído ciencia ficción, sabe bien que por mucho menos han comenzado guerras nucleares.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)