Por HumbertoAcciarressi
Primero fue Martín Redrado con la voluptuosa Luciana Salazar; después llegó el escándalo de Martín Lousteau con Juanita Viale, sorprendidos como dos adolescentes en un auto. Mientras, Amado Boudou se deja sacar fotos a los besos con la periodista Agustina Kämpfer (la que trató de "gay" a Redrado y por eso fue echada de América TV). Y para colmo, acompañado por la banda ultra-oficialista La Mancha de Rolando -que rompe la tradición irreverente del rock con carteles con la cara de la presidente en el escenario-, el ministro de Economía y candidato a vicepresidente de Cristina Fernández toca la guitarra en los actos.
Esto no estaría mal en otro contexto, pero en un país donde las provincias adictas reprimen y matan a gente sin vivienda, en medio de una debacle internacional que tarde o temprano va a golpear a la Argentina (Dilma Rouseff, con sensatez, dice públicamente que Brasil "no es inmune a una crisis global"), cuando los docentes de Santa Cruz son apaleados por reclamar sueldos dignos, lo de Boudou cantando "Sin gamulán" es un insulto, por más que estén en desacuerdo quienes no tienen problemas de morlacos.
Defendido por "678", habitué al pastiche kirchnerista Duro de Domar, ensalzado por "periodistas" llamados "independientes", Boudou ni se entera que ya hay gente del gobierno que no lo quiere ver ni en fotos (de hecho se sabe que el fallecido Néstor Kirchner no lo bancaba y como otros le decía “Lustú”, mezcla de Boudou y Lousteau). Claro que de eso no se habla en las biografías oficialistas. Y como algunos hacen lo que quieren porque se sienten con inmunidad, el candidato a vice insulta la memoria de Pappo desafinando Desconfío. ¿La caída de los mercados internacionales? El fin de semana, mientras el mundo ardía, Boudou cantaba sobre un escenario en Morón. Para ser justos con el ex UCD y partidario de las privatizaciones, ayer opinó y dijo que la Argentina está bien parada y que el dólar no va a dispararse. Esperemos que esto no sea guitarreo.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)
#Elecciones 2011
Primero fue Martín Redrado con la voluptuosa Luciana Salazar; después llegó el escándalo de Martín Lousteau con Juanita Viale, sorprendidos como dos adolescentes en un auto. Mientras, Amado Boudou se deja sacar fotos a los besos con la periodista Agustina Kämpfer (la que trató de "gay" a Redrado y por eso fue echada de América TV). Y para colmo, acompañado por la banda ultra-oficialista La Mancha de Rolando -que rompe la tradición irreverente del rock con carteles con la cara de la presidente en el escenario-, el ministro de Economía y candidato a vicepresidente de Cristina Fernández toca la guitarra en los actos.
Esto no estaría mal en otro contexto, pero en un país donde las provincias adictas reprimen y matan a gente sin vivienda, en medio de una debacle internacional que tarde o temprano va a golpear a la Argentina (Dilma Rouseff, con sensatez, dice públicamente que Brasil "no es inmune a una crisis global"), cuando los docentes de Santa Cruz son apaleados por reclamar sueldos dignos, lo de Boudou cantando "Sin gamulán" es un insulto, por más que estén en desacuerdo quienes no tienen problemas de morlacos.
Defendido por "678", habitué al pastiche kirchnerista Duro de Domar, ensalzado por "periodistas" llamados "independientes", Boudou ni se entera que ya hay gente del gobierno que no lo quiere ver ni en fotos (de hecho se sabe que el fallecido Néstor Kirchner no lo bancaba y como otros le decía “Lustú”, mezcla de Boudou y Lousteau). Claro que de eso no se habla en las biografías oficialistas. Y como algunos hacen lo que quieren porque se sienten con inmunidad, el candidato a vice insulta la memoria de Pappo desafinando Desconfío. ¿La caída de los mercados internacionales? El fin de semana, mientras el mundo ardía, Boudou cantaba sobre un escenario en Morón. Para ser justos con el ex UCD y partidario de las privatizaciones, ayer opinó y dijo que la Argentina está bien parada y que el dólar no va a dispararse. Esperemos que esto no sea guitarreo.
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)