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29 febrero 2008
28 febrero 2008
Por el temporal, Buenos Aires fue Venecia
Después de varios días de calor agobiante, cayó un diluvio sobre Buenos Aires. Y, como suele suceder por la falta de previsión, calles y avenidas de varios barrios quedaron bajo el agua. Como una imagen habla más que mil palabras, acá hay algunas muestras de lo que fue esta mañana porteña pasada por agua. Hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego. Y dicen que seguirá lloviendo. Yo me voy del diario a casa a mirar unas pelis.
¿Un cura fantasma o un fantasma cura?
Según varias publicaciones (entre ellas la página web de La Razón del día de ayer), la aparición de una imagen "luminosa que se asemeja a la figura de un sacerdote" causó conmoción en una finca de la localidad riojana de Famatina, ubicada sobre la ruta 38. Más concretamente, en el establecimiento "El Nevado". La imagen fue captada con el teléfono celular de un policía, que estaba de guardia en el lugar y que no quiso regresar nunca más. Prefiero no emitir opinión.
27 febrero 2008
Poesía: la vanguardia de la lengua
Por Humberto Acciarressi
Año 1975. En la fría península escandinava, Eugenio Montale, acostumbrado a los veranos mediterráneos y a las verdes campiñas, se dispone a leer el discurso de aceptación del premio Nobel de Literatura. De pronto, como si miles de voces hablaran por su boca, el escritor italiano deja caer el látigo de la ironía: "Estoy aqui porque he escrito poemas, un producto absolutamente inútil, pero casi nunca nocivo, y ese es un título de nobleza. Pero no el único, siendo la poesía una producción o una enfermedad totalmente endémica e incurable".
Más de treinta años después, mientras el hombre accede a cualquier forma de manifestación cultural con sólo dejar correr los dedos por el teclado, la poesía resiste en los marasmos de una agonía interminable. Paradójicamente, nunca hubo un tiempo en el que se escribiera tanta poesía. Calidad al margen de estas reflexiones, naturalmente. La poesía tiene tan escasa difusión que los propios poetas prefieren dar a la imprenta ensayos o ficciones narrativas, y dejar correr sus poemas de mano en mano como en los tiempos anteriores a Gutemberg. Algunos, los que tienen el espíritu más abierto a los cenáculos, se refugian en talleres y peñas literarias que de tan pequeñas y poco conocidas parecen clandestinas.
Como en la metáfora que Ray Bradbury describe en "Farenheit 451", esos y esas poetas se leen sus trabajos entre ellos, muchos de los cuales - también hay que decirlo - apenas se quedan en las buenas intenciones. Para colmo de males, en la Argentina ya no existen los editores dispuestos a jugarse, aunque sea en ediciones limitadas, por desconocidos como alguna vez fueron Borges, Marechal, Girondo, Olivari, Banchs, Juarroz... En tanto, los suplementos literarios de los diarios han dejado de publicar poesía (con muy honrosas excepciones) y hay algunos editores que dicen apoyarse en el gusto de la gente ("La opinión pública es la opinión de los hombres sin opinión", se encolerizaba Aldo Pellegrini).
En la Argentina, creadores como Jacobo Fijman o Ricardo Molinari terminan sus días en un manicomio o en la miseria, mientras yuppies de corbata y celulares de última generación, con más aire de gerenciadores que de periodistas, disponen que a la gente no le interesa la poesía. Son melancólicas imágenes del pasado los tiempos en que Victor Hugo tenía los funerales de un emperador; las costureras y las amas de casa hablaban de Darío, Neruda, Carriego, Vallejo, Rilke o D´Annunzio por las calles del mundo; o las mujeres florentinas se cruzaban de vereda para no toparse con Dante, porque no querían trato con el hombre que "había bajado al Infierno" (y en cierto sentido tenían razón). Y que quede claro algo: aquellas personas no eran más ingenuas, sino que tenían intacta la fe poética.
Aunque parezcan "fraguadas entelequias", para decirlo con palabras de Borges, hubo un tiempo en que los poetas no eran marginales, sino la encarnación más alta de la cultura de un país. Arturo Uslar Pietri ha hecho notar que la tradición de Occidente era la de vislumbrar la poesía como la expresión suprema de la palabra y el pensamiento. Algo heredado del mundo clásico, cuando los contemporáneos de Homero y Virgilio consideraban que toda Grecia estaba en la Illiada y la Odisea y toda Roma en la Eneida. En la actualidad, acuciada por los bombardeos mediáticos, la gente salta de tema en tema sin tiempo para reflexionar sobre ninguno. Y la poesía necesita honduras, adentrarse en los abismos propios y ajenos. No le faltaba razón a Walt Whitman cuando observaba que "para tener grandes poetas, debe haber también grandes públicos".
Con este marco, nadie está en condiciones de asegurar cuanta buena poesía se está perdiendo en cajones de escritorio o libretas itinerantes. En un universo regido por un orden conservdor y en donde los economistas tienen más predicamento que los filósofos, no es extraño que la poesía parezca un unicornio en el zoológico de Buenos Aires. La palabra ha perdido sentido y la sensibilidad se ha empobrecido. Aceptar el rol transitorio de la poesía es, ni más ni menos, como aceptar que el mundo puede vivir sin amor y sin pasiones.
Lo poético - hay que coincidir con Aldo Pellegrini - es una manera de estar en el mundo y convivir con los seres y las cosas. Juan Gelman recuerda una escena protagonizada por Paul Valery y Stephen Mallarmé. El primero le pregunta a su colega, que había dirigido una revista de modas en la que intercalaba poemas subrepticios: "¿Para qué sirve la poesía?" El segundo, sin dudarlo, le responde: "Para esto". Y le muestra una carta en la que una costurera, lectora casual de Mallarmé, le confesaba al poeta que un poema suyo la había salvado del suicidio. Los poetas que el nuevo milenio encontró trabajando, aunque desplazados por los best sellers y la pluma sencilla, aguardan tiempos mejores.
La poesía es la vanguardia de la lengua, su frente de ataque, su sala de pruebas. Si los poetas no pueden difundir su obra, al idioma se le caen las hojas, se desflora, se frena la renovación, le llega el invierno a las palabras. En tal sentido, no sería ocioso apostar a un tiempo en el que la defensa de la especie se libre en los espacios poéticos que aún subsisten, ahora en la vasta red de contenidos que es Internet. Una época en la que una multitud silenciosa comience a construir el auditorio con el que Whitman soñaba.
En los bárbaros tiempos del nazismo, los fanáticos saquearon la casa de Saint-John Perse y destruyeron sus poemas inéditos. Agobiado, temeroso, en un momento sacó fuerzas de algún lado y comentó: "Después de todo no importa. Yo soy poeta, lo demás es secundario". Muchos años más tarde, en la Argentina, Alejandra Pizarnik reclamaba "alguna palabra que me ampare del viento, alguna verdad pequeña en que sentarme y desde la cual vivirme". Uno y otra, a su manera, definieron mejor que nadie ese misterio que es la poesía, ese espacio del alma que hay que defender para seguir viviendo.
(Publicado en la revista Noticias y en El espectador de la Cultura)
26 febrero 2008
Juan Sasturain: "Se vive mejor leyendo"
Por Humberto Acciarressi
Aunque –aclaremos– no hace mucho apareció su único libro de poesías "Carta al sargento Kirk y otros poemas de ocasión". Inevitable, en este sentido, no recordar libros memorables como "Manual de perdedores" (con aquella frase que lo justifica: "Nadie puede jubilarse de los sueños sin enloquecer"), "Los dedos de Walt Disney", "Arena en los zapatos" y "Los sentidos del agua". Y los títulos siguen.
Café por medio, nos dejamos llevar por la charla en un boliche de Alsina y Defensa. Entre recuerdos de las primeras lecturas "cuando iba al colegio secundario" y opiniones sobre el arte de tapa de los libros actuales ("debe cuidarse mucho, como una atención al lector"), surge el comentario obvio:
-Eso, además, ayuda a la lectura...
Pero claro. La lectura, que es una enfermedad sin vacuna, a veces comienza por la tapa.
-¿No te parece que en la actualidad hay más gente que escribe?
No sólo eso. Me parece que hay más gente que escribe bien. Cada vez hay más poetas y narradores. Y la media entre ellos es muy alta.
-Pienso en anteriores generaciones y en nombres como los de Puig, Saer, Di Benedetto...
Bueno, ellos son los que quedaron por decantación, por lecturas. Piglia tiene una frase extraordinaria: hay autores que pierden lectores con el tiempo y otros que los ganan. La literatura es así.
-Lo que habla de cierto relativismo.
Claro. Los que quedan son los textos. Por eso, a veces la visión muy cercana no permite ver las cosas con claridad. Sólo en perspectiva se puede ver el valor de un libro. Y en definitiva, todo el mundo tiene el derecho de ser juzgado por lo mejor.
-No sé por qué, recuerdo a Fontanarrosa.
El es un buen ejemplo. El Negro fue una manera de ser leído. El se disimuló como autor. En su caso, a diferencia de los autores que se cultivan como personajes, el lector tiene que hacer todo el trabajo.
-Es obvio que vos trabajás mucho tus textos
La verdad que sí. Lo laburo mucho por exigencia personal. Mentiría si dijera que lo hago pensando en el lector. Trabajo el lenguaje con una visión convencional del relato. Y aunque suene raro busco una síntesis entre Borges y Oesterheld.
-¿Cómo encaja todo esto en el programa?
Yo participo bastante. En lo que hace a los textos, yo tiro una serie de los cuales me gustaría hablar. El campo es tan ilimitado como la literatura universal. No estoy ni me siento condicionado a hablar de novedades.
-¿Cuál es el objetivo final?
Familiarizar a la gente con el libro, convertirlo en una cosa de uso cercana, y siempre desde el gusto y el placer de leer, no desde la imposición.
-Resulta muy divertido verte "actuar" ciertas situaciones, con gente como Laiseca, Piglia o Birmajer.
Creo que ese es uno de los logros del programa. Yo hago de mí mismo, lo que es una suerte, y los invitados también. Y sin embargo está esa cuestión de la actuación. En general, una persona vinculada al ambiente literario tradicional no se imagina a Ricardo (Piglia) haciendo un origami en el Jardín Japonés.
-¿Se podrá vivir sin leer?
Se puede vivir muy bien sin leer, pero se vive mucho mejor leyendo. Y esto vale en tanto es fuente de placer, ya que se lee por gusto, no cabe otra razón.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)
-Eso, además, ayuda a la lectura...
Pero claro. La lectura, que es una enfermedad sin vacuna, a veces comienza por la tapa.
-¿No te parece que en la actualidad hay más gente que escribe?
No sólo eso. Me parece que hay más gente que escribe bien. Cada vez hay más poetas y narradores. Y la media entre ellos es muy alta.
-Pienso en anteriores generaciones y en nombres como los de Puig, Saer, Di Benedetto...
Bueno, ellos son los que quedaron por decantación, por lecturas. Piglia tiene una frase extraordinaria: hay autores que pierden lectores con el tiempo y otros que los ganan. La literatura es así.
-Lo que habla de cierto relativismo.
Claro. Los que quedan son los textos. Por eso, a veces la visión muy cercana no permite ver las cosas con claridad. Sólo en perspectiva se puede ver el valor de un libro. Y en definitiva, todo el mundo tiene el derecho de ser juzgado por lo mejor.
-No sé por qué, recuerdo a Fontanarrosa.
El es un buen ejemplo. El Negro fue una manera de ser leído. El se disimuló como autor. En su caso, a diferencia de los autores que se cultivan como personajes, el lector tiene que hacer todo el trabajo.
-Es obvio que vos trabajás mucho tus textos
La verdad que sí. Lo laburo mucho por exigencia personal. Mentiría si dijera que lo hago pensando en el lector. Trabajo el lenguaje con una visión convencional del relato. Y aunque suene raro busco una síntesis entre Borges y Oesterheld.
-¿Cómo encaja todo esto en el programa?
Yo participo bastante. En lo que hace a los textos, yo tiro una serie de los cuales me gustaría hablar. El campo es tan ilimitado como la literatura universal. No estoy ni me siento condicionado a hablar de novedades.
-¿Cuál es el objetivo final?
Familiarizar a la gente con el libro, convertirlo en una cosa de uso cercana, y siempre desde el gusto y el placer de leer, no desde la imposición.
-Resulta muy divertido verte "actuar" ciertas situaciones, con gente como Laiseca, Piglia o Birmajer.
Creo que ese es uno de los logros del programa. Yo hago de mí mismo, lo que es una suerte, y los invitados también. Y sin embargo está esa cuestión de la actuación. En general, una persona vinculada al ambiente literario tradicional no se imagina a Ricardo (Piglia) haciendo un origami en el Jardín Japonés.
-¿Se podrá vivir sin leer?
Se puede vivir muy bien sin leer, pero se vive mucho mejor leyendo. Y esto vale en tanto es fuente de placer, ya que se lee por gusto, no cabe otra razón.
(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)
NOTA: Esta charla con Juan Sasturain tuvo lugar hace unos cuatro o cinco meses, cuando aún se pasaban por TV los capítulos originales de "Ver para leer", y así la publiqué en su momento. Ahora que Telefé está repitiendo el ciclo, las cosas que dice Sasturain siguen vigentes y son, en un sentido amplio, atemporales. Por eso subimos este reportaje que nació tomando un café en San Telmo.
25 febrero 2008
24 febrero 2008
Prohiben el Chanel o Marilyn en camisón
La noticia cayó como un balde de agua fría para quienes somos amantes del recuerdo de Marilyn Monroe. Poco antes de morir, cuando un periodista le preguntó "¿qué se pone para dormir?", nuestra rubia debilidad contestó: "Chanel n° 5". Pues bien, ahora fue prohibida, en forma preventiva, la comercialización y el uso en todo el territorio argentino del perfume Chanel Nº 5, dado que el Instituto Nacional de Medicamentos recibió una denuncia de un particular que señalaba que el producto no fue ingresado al país por los importadores autorizados. Habrá que concluir, nomás, que si Marilyn viviera...usaría camisón.
23 febrero 2008
Sin querer soltar ese trocito de silencio
Para una reciente amiga, oriunda de Lugo, que no nombro pues no cuento con su autorización. Se me ocurrió ilustrar una foto que me envió -y que, caramba, tiene su historia- sobre la muralla romana que hay en su ciudad, con un fragmento de un poema del poeta gallego Luis Pimentel.
"(...)Pero en sus ojos aún existen
diminutos jardines encendidos
por los que jamás anduvieron tus pies,
tu pequeñita sombra.
Estás conmigo,
con las manos cerradas, apretadas,
sin querer soltar ese trocito de silencio
que te llevas de este mundo (...)"
Luis Pimentel
22 febrero 2008
¿Vieron que Knut se va para arriba?
Cuando nosotros informamos, lo hacemos bien. Nos ocupamos de él cuando ninguno lo hacía. Era un pobre animalito confinado en un zoológico, con el triste destino de un "Don Nadie". Sólo un par de amigas y yo le prestamos atención. Ahora está en la portada de Vanity Fair. No tengo más nada que agregar. Todo está a la vista.
20 febrero 2008
19 febrero 2008
María, llena eres de (des) gracia...
Hollywood Portfolio ´08: Hitchcock Classics
Jodie Foster en "Los pájaros" (arriba, en lugar de Tippi Hedren), Scarlett Johanson y Javier Bardem en una escena de "La ventana indiscreta", Renee Zellwegger en "Vértigo", Julie Christie y compañía en "Ocho a la deriva", son algunas de las recreaciones con actrices y actores actuales que realizaron los fotógrafos Julian Broad, Norman Jean Roy, Mark Seliger, y Art Streiber. El trabajo se publicó en Vanity Fair, titulado "The 2008 Hollywood Portfolio: Hitchcock Classics".
Renee Zellwegger (en lugar de Kim
Novak en la simulación de "Vértigo")
Scarlett Johanson y Javier Bardem ( en vez de
Grace Kelly y James Stewart) en la
recreación de "La ventana indiscreta"
Marion Cotillard (en lugar de Janeth
Leigh) en la recreación fotográfica de "Psicosis"
Naomi Watts (en la simulación
fotográfica como Tippi Hedren en "Marnie")
El peligro de los hombres comunes
" (...)Los monstruos existen pero son demasiado pocos para ser realmente peligrosos; más peligrosos son los hombres comunes, los funcionarios listos a creer y obedecer sin discutir, como Eichmann, como Hoess, comandante de Auschwitz, como Stangl, comandante de Treblinka, como los militares franceses de veinte años más tarde, asesinos en Argelia, como los militares norteamericanos de treinta años más tarde, asesinos en Vietnam.
Hay que desconfiar, por tanto, de quien nos quiere convencer con medios diferentes de la razón, es decir, líderes carismáticos: hemos de ser cautos al entregar nuestro juicio y nuestra voluntad. Como es difícil distinguir entre los profetas auténticos y los falsos, es mejor sospechar de todos los profetas; es mejor renunciar a las verdades reveladas, aunque nos exalten por su simplicidad y su esplendor, aunque las encontremos cómodas porque se adquieren gratis (...)"
Primo Levi
(Fragmento de "Si esto es un hombre")
18 febrero 2008
17 febrero 2008
16 febrero 2008
Un mano a mano con Julian Barnes
Por Humberto Acciarressi
Integra, junto a Martin Amis, Ian Mc Ewan, Kazuo Ishiguro, David Lodge y unos pocos más, la pléyade de escritores que renovó las letras inglesas. A mediados de los ochenta, la novela "El loro de Flaubert" consolidó su reputación y pasó a integrar el parnaso de la actual literatura británica. Durante un paso fugaz por nuestra ciudad, charlamos con él sobre algunos de los temas que lo obsesionan: la narrativa, el rol del escritor y el mundo. Gustador de casas de artistas, ahora anduvo por Chile tras los pasos de Neruda y en Buenos Aires en pos de los de Borges. "Visitar el lugar dónde crearon escritores de todas las épocas y geografías, es algo que me gusta más alla del autor. Incluso lo hago con escritores que no me gustan", señala al respecto con orgullo...inglés. Pero a la vez él mismo escribe, y por eso queremos conocer la cocina del novelista, su propia cocina:
"En general las historias me buscan, vienen a mi encuentro. Eso fue lo que me sucedió con "Arthur y George", cuando estaba leyendo un libro de Douglas Johnson sobre el caso Dreyfus, donde se mencionaba al pasar que en Inglaterra había ocurrido algo similar, aunque la víctima era un chico acusado de mutilar animales. Fue condenado en un juicio injusto y Conan Doyle se interesó por el caso. Allí me di cuenta que tenía un libro".
-¿Puede decirse que fue el "Caso Dreyfus" inglés?
De alguna manera podemos decir que es así. La pregunta es por qué el caso francés y la defensa de Emile Zola seguía sonando en el tiempo, mientras que el episodio inglés no. Entonces me di cuenta de que era porque en el caso Dreyfuss se trataba de un hecho de traición.
-¿Por qué los escritores ingleses, en la misma época, no hicieron nada por Oscar Wilde?
En realidad no me gusta hacer generalizaciones, pero hay que tener en cuenta la sociedad de entonces y la personalidad del escritor. En el caso de Oscar Wilde, me parece que no fue defendido porque él daba la impresión de que era incapaz de cuidarse a sí mismo. Sin embargo, en la actualidad, Salman Rushdie fue muy defendido por los intelectuales ingleses.
-Llama la atención que hable tanto de autores franceses, mientras colegas suyos se inclinan por los norteamericanos.
Los escritores británicos se dividen entre los que miran a Europa y los que miran hacia Estados Unidos. Yo estoy entre los que miran a Europa. En mi país dicen que soy muy francés, pero en Francia sostienen que soy el típico escritor inglés. Pero la mejor literatura reconoce que independientemente del dinero y la condición social o geográfica del escritor, la gente ama y sufre. En definitiva, las ortodoxias literarias viene y van.
-Entre nosotros, Héctor Murena acuñó el término "parricidio literario". ¿No le parece que con esa división, los escritores ingleses casi no miran a sus colegas del pasado?
Creo que decir parricidio es exagerado. En todo caso, los dejamos de leer -tenemos épocas- y más tarde hay una relación más complicada. Pero no sólo con los clásicos ingleses. Me da vergüenza reconocer que leí el Quijote en los últimos años, a pesar de que Flaubert lo adoraba y tiene muchos escritos sobre él. Los escritores que admiraba Borges -Wells, Stevenson, Chesterton- ya pasaron de moda en Inglaterra. Sin embargo, yo los volvería a leer ahora gracias a Borges, para ver que encontró en ellos, porque él volvió a entusiasmarme. Esa es mi relación con los autores ingleses.
-¿Qué género le gusta más?
No podría decirlo. Soy un escritor de novelas, que permite más licencias, pero también fui periodista y tengo libros de relatos. Mis cuentos, que constituyen el género más difícil, como la poesía, se venden muchísimo en Alemania. Creo que los cuentos ayudan a construir la reputación, más que a construir ventas.
-¿Lo asusta el estado del mundo en la actualidad?
Me preocupa mucho. La brecha entre ricos y pobres es cada vez más amplia. Está como en épocas victorianas. Y lo peor es que a la población inglesa no parece importarle. Lo más curioso es que la réplica se ha convertido en algo tan importante como real. En el último año, más personas visitaron la réplica de Venecia en Las Vegas que a Venecia misma.
-¿El arte puede hacer algo?
Naturalmente, porque el arte cuenta más verdades que la historia y el periodismo.
(Publicado en la sección "Mano a mano" del diario La Razón, de Buenos Aires, a raíz de la reciente visita del escritor inglés a Buenos Aires)
15 febrero 2008
14 febrero 2008
Mata Hari: yo escribo y felicitan a Susana
Por Humberto Acciarressi
En octubre de 2006, en A través del Uniberto, subí una nota sobre Mata Hari que previamente había publicado por lo menos en dos medios gráficos, con diferencias entre el primero y el segundo, nutrida con mayores investigaciones. La relación de la espía con Gomez Carrillo era una de ellas. Hace un par de días, uno de los lectores de este blog me avisó que en un sitio leyó algo sobre Mata Hari que le recordó mucho mi trabajo, que él tenía en un recorte de la revista "Asi". El sitio al que me remitía este amigo, fechado días atrás, era éste. Lo curioso es que la administradora del blog en cuestión, no linkea mi nota aunque me menciona como al pasar. Como soy un caballero, la invité a que enlacemos nuestros sitios y le aclaré que desconocía el primer párrafo (diganme lo que quieran, pero conozco mi estilo). Antes, existían los tribunales éticos formados por colegas. Hoy día, con una tecla se cambia la entrada y todo queda en la nada.
Lo más raro (en el sentido de "raro", no sé si me explico) es que su bitácora tiene una leyenda con ese tema de "Esta obra está licenciada bla, bla, bla, bla". ¿En qué quedamos? Mi blog no dice nada. En el caso de las poesías, los artículos, los cuentos, etc, soy dueño de los derechos antes de que existieran estos espacios de expresión. El de Mata Hari, sobre quien ya tengo un libro casi terminado, ni hablar. Aún asi, todo el que quiera levantar algo, como muchos lo hacen, no tienen más que mandarme un mail. Pero contrariamente a lo que piensan, simplemente para agradecerle. Y si me perdonan planto aquí, porque este asunto es muy odioso. Nos seguimos viendo en la Matrix. Y lo del título es broma: no quiero que nadie me felicite. Chau.
PD: Y como diría mi querida amiga Elena (aunque creo que la última vez andaba con ganas de matarme) : Uffffffffff (gesto de estar hinchado)
13 febrero 2008
12 febrero 2008
10 febrero 2008
09 febrero 2008
La mejor foto de prensa del 2007
El fotógrafo británico Tim Hetherington es el ganador del prestigioso World Press Photo Award de 2007, gracias a su instantánea de un soldado estadounidense exhausto en un búnker en Afganistán, según comunicaron en Amsterdam los organizadores del concurso. "Esta imagen muestra el agotamiento de un hombre y el agotamiento de una nación. Es la foto de una persona al borde del límite", declaró el presidente del jurado, Gary Knight.
Hetherington, quien había sido contratado por la revista Vanity Fair, tomó la imagen el 16 de septiembre de 2007. Muestra a un joven soldado estadounidense descansando en el búnker de Restrepo, llamado así en homenaje a un compañero de batallón asesinado por los insurgentes. "Hay una calidad humana en esta fotografía", indicó Mary Anne Golon, miembro del jurado. "Indica que el conflicto es la base de la vida de este hombre", precisó.