En 1830, el geólogo Henry de la Beche (1796-1855) realizó esta acuarela que representa la vida en la antigua Dorset, Inglaterra, en una muy lejana antigüedad. Se trata de la representación pictórica inaugural de una escena de vida prehistórica basada en evidencias fósiles encontradas a partir de los descubrimientos de Mary Anning (1799-1847), la primera paleontóloga reconocida como tal. Ella fue, además, comerciante y coleccionista de restos fósiles. Su trabajo científico contribuyó a los cambios fundamentales de principios del siglo XIX para comprender la vida prehistórica y la historia de la Tierra. La obra pintórica de Beche inaugura lo que se conoce como paleoarte.