"(...) En la amistad europea hay un pacto tácito de colaboración, un complot de conveniencias sin escapatorias ni empalmes sentimentales. En la amistad porteña hay un desprendimiento afectivo tan compacto que es casi amoroso. La amistad europea es un intercambio. La amistad porteña es un don: el único de esta tierra (...) La amistad no persigue remuneración alguna. Se da libremente. Un buen amigo no podría ser feliz sabiendo que sus amigos no lo son. Dos amigos forman una tertulia, un mundo completo y ficticio en el que el mundo ya no es valedero. La amistad porteña es un fortín ante el cual los embates de la vida se mellan. La amistad porteña es un olvido del egoismo humano (...)"
Raúl Scalabrini Ortiz
(Fragmento de "El hombre que está solo y espera")